Un operario de trace realiza labores de limpieza / Archivo
Un operario de trace realiza labores de limpieza / Archivo

Ceuta Ya!

El debate sobre la municipalización del servicio de limpieza se está enconando y complicando como consecuencia de la nefasta gestión que al respecto está implementando el Gobierno de la Ciudad. Es por ello que desde Ceuta Ya! queremos exponer públicamente, y de manera ordenada, nuestro posicionamiento.

En primer lugar, es necesario recordar que Ceuta Ya! siempre ha considerado el modelo de gestión directa la fórmula más idónea para prestar servicios públicos esenciales que, además, se encuentran revestidos de un elevada dosis de sensibilidad social. En dichos casos, es la rentabilidad social, y no la “cuenta de beneficios” (como sucede en la gestión indirecta), la que debe servir de guía y referencia. La ciudadanía tiene derecho a disfrutar de servicios universales y de calidad.

Así figura en el programa que presentamos a las elecciones del pasado mes de mayo, en el que no sólo incluíamos el servicio de limpieza, sino también el de “Ayuda a Domicilio”. No nos cabe la menor duda. Municipalización, sí.

No puede decir lo mismo el Partido Popular, formación que, durante años, ha “demonizado” la gestión directa. Su negativa, cada vez que hemos planteado tal posibilidad, ha venido acompañada del epíteto (peyorativo en su intencionalidad) de “comunista”. Ya no es así y por ello consideramos que el PP debería explicar tan drástico cambio de postura, algo que, hasta la fecha, no ha hecho. Y es que, con independencia de su cobarde costumbre de esconderse tras los denominados “informes técnicos” (realizados siempre “a gusto del peticionario”), los únicos (e insuficientes) argumentos presentados por el Gobierno han sido de orden económico (sueldos desorbitados, pagados por la Ciudad, que abocaban a un encarecimiento del contrato insostenible). Quizá este sea el motivo por el que la Memoria elaborada por la Comisión de Estudio es un documento tan deficiente e incompleto. Y aquí se halla la raíz del problema y del debate. Recapitulemos.

El Gobierno hizo una cuenta tan simple como equivocada, basada en el siguiente razonamiento: si mantenemos la plantilla y los salarios (el noventa por ciento del coste) y la infraestructura y la maquinara son pagadas por la Ciudad, la supresión del concepto “beneficio industrial”, fijado en torno a 1.200.000 de euros anuales, convierte en “más económico” el servicio municipalizado. Así, el Ejecutivo dejó de preocuparse del contenido de la memoria. Sin embargo, se cometió el error de no contar con el hecho de que las empresas públicas no se pueden beneficiar de las bonificaciones a las cuotas de la Seguridad Social. Teniendo esto en cuenta, el servicio municipalizado incrementa sus costes en 2.000.000 de euros. Sumando y restando, la diferencia económica es de, aproximadamente, 800.000 euros a favor de la gestión indirecta.

“El sombrajo se ha quedado sin palos”. El argumento económico ya no sirve, por lo que es preciso dar más y mejores explicaciones. Pero eso, de momento, es muy complicado porque la Memoria carece por completo de una argumentación alternativa solvente y convincente. Este documento, que debería contener un diseño completo y riguroso del servicio que se pretende implantar, no ofrece más que vaguedades al respecto (bajo la inaceptable premisa de que “ya iremos viendo en el futuro”). De hecho, la explicación más clara acerca de la inutilidad de la Memoria se recoge en la propia Memoria. En el informe encargado a una consultora privada se puede leer: “Si se van a hacer las mismas cosas con las mismas personas, los resultados serán los mismos, no se ganará en eficacia”. Perogrullo en estado puro.

Son, por lo tanto, las carencias de la Memoria las que están provocando confusión y polémica. El Gobierno, en consecuencia, debería recapacitar y reconducir la tramitación del expediente, incorporando a la Memoria definitiva todo aquello que contribuya a definir con claridad lo que se quiere hacer y cómo se va hacer. Ceuta Ya!, en concreto, ha planteado tres cuestiones que, a nuestro juicio, son de gran importancia.

La primera es una correcta definición de los servicios que se deben prestar (en la Memoria actual sólo se habla de “áreas a reforzar”, de manera muy vaga y únicamente como posibilidad), incluyendo una solución definitiva al problema de la Barriada del Príncipe, hasta ahora fuera del radio de acción de los servicios. En segundo lugar, hemos planteado que el nuevo servicio comprenda todas las actividades de limpieza y recogida de basuras que en la actualidad se están prestando, y no sólo “lo que hace Trace”. Esto (también Perogrullo en estado puro) llevaría a subrogar en la nueva empresa, por aplicación del mismo artículo 44 del Estatuto de los Trabajadores, a quienes realizan en la actualidad dichas labores, que es la plantilla de las denominadas Brigadas Verdes. Por último, pero no menos importante, la inclusión, en el ámbito funcional del nuevo servicio, de la denominada Planta de transferencias, que, obviamente, forma parte del servicio de “recogida domiciliaria de basuras”. Este servicio, que en la actualidad supera los seis millones de euros anuales, se está prestando sin contrato desde hace cuatro años. Nadie sabe dar una explicación de por qué no se incorpora a la nueva empresa.

Antes de finalizar, creemos conveniente hacer una última aclaración. Ceuta Ya! no ha presentado observaciones a la Memoria. El motivo es el siguiente. Todos los argumentos presentados en este texto fueron expuestos pacientemente en la Comisión. El Gobierno, que escuchaba atentamente, dijo que se “estudiarían”. Como gesto de buena fe, decidimos creerle.

Hoy pensamos que hicimos mal y que el Gobierno no tiene ningún interés en mejorar este servicio. Sólo desea sustituir a Trace (por las razones que sean) y que todo siga igual, “salvo alguna cosa”, como diría uno de los suyos.