Ramón Rodríguez Casaubón (Unidas Podemos)

La voz de mi silencio no es la misma que contiene la canción de El Barrio: “Pa’ Madrid”, pero existen coincidencias.

 “Les voy a contar una historia, todo un cuento sin hadas” la del esfuerzo de un chaval por dejar bien alto el nombre de su ciudad, junto a él otros y otras también lo intentarán, no es cuestión de desmerecer sino de enaltecer. Mas yo en Abdelaziz me centraré.

Pensaron, “en voz alta, una locura indecente” y una horita en mi horario me proporcionaron para entrenar a un alumno aventajado.

Una hora a la semana es todo bagaje para preparar una competición nacional con miras a la europea e internacional.

 “Nos fuimos pa' Madrid

Y sin remordimiento'

Como un deseo infantil, buscamos” una medalla y no es cuestión de competir, pero al menos de no sucumbir ante la tremenda presión que encontraremos allí. Como ejemplo, un dato: entre 6 y 8 horas de extenuante trabajo diario, dependiendo de la especialidad, durante tres jornadas consecutivas. ¡Ni un momento de respiro!

“Sí, sí, Madrid

“Y sin remordimiento'

 “Como un deseo infantil,” cogemos el barco, luego el tren y ya estamos allí.

 “Les voy a contar una historia, todo un sueño encantado

Yo soy del que se muere sin tener alguien al la'o

Me pierdo en la aventura, en la pasión” del trabajo bien hecho 

 “En las adversidades, sólo soy contrapeso”

“Recuerdo aquellos labios susurrando al oído”: “¡os echaré una mano!” era Terencio “el valenciano”.

Un compañero interino, un amigo, un docente con mayúsculas que sacando tiempo del que no tenía me devolvió la ilusión y codo con codo comenzó la preparación.

Pido perdón por mis pobres rimas que si algo ganan es por la ayuda de El Barrio. Paso a la prosa una vez planteada la situación.

Abdelaziz es la personificación de lo que debe ser la FP en nuestra ciudad. Un muchacho que desde la formación profesional básica ha llegado a estudiar un título de grado superior (¡y lo que le queda por conseguir!). Aún recuerdo cuando en los CeutaSkills de hace unos años, siendo yo responsable de la especialidad de Fontanería y Calefacción, le dije: “en unos años vas a competir a los SpainSkills”. Quedó segundo en esa competición siendo el más joven de los que participaban, sin llegar a ser mayor de edad. Y ¿qué vi en Abdelaziz? Pues además de lo evidente, su capacidad de trabajo y la calidad del mismo, rezumaba serenidad, diligencia, templanza, alegría, honestidad y fuerza. Quedándome corto en la enumeración de sus cualidades. ¡Él va a competir! No porque seamos competitivos o porque consideremos que el principal objetivo de nuestra participación es competir sino porque los SpainSkills son competición. Y, es más, lleva compitiendo desde el mismo instante en que tenemos tan poco tiempo para preparar nada, desde el momento que se nos pide unas herramientas específicas que se utilizarán en Madrid y que nos llegan dos semanas antes de partir, desde que tiene que compaginar sus estudios de un grado superior en “Eficiencia energética” y venir al taller por las mañanas para entrenar con Terencio y conmigo. Pero si me apuran Abdelaziz lleva compitiendo con una sociedad y un sistema educativo que tiene mucho, pero que mucho que mejorar.

En cuanto al “genio del replanteo”, al “maestro de la concordia”, al hombre, amigo y profesor, tanto para mí como para Abdelaziz, sólo darle las gracias porque además de devolverme la confianza le ha dado una oportunidad a Abdelaziz. Este año sin el docto asesoramiento de Terencio no hubiésemos tenido opciones de nada. Y por opciones me refiero a que nuestro alumno no se sienta perdido en el espectáculo que está a punto de descubrir. Y ese espectáculo está plagado de tensiones, intereses, casualidades y causalidades, alegrías y tristezas, satisfacción y frustración.

Y nosotros, Terencio, Abdelaziz y yo, volveremos como marchamos: orgullosos de representar a Ceuta y con la humildad de saber que siempre lo podremos hacer mejor. Aún ganando ¡siempre se puede hacer mejor! y de aquí quiero enlazar con una explicación: que nadie busque en mis palabras reproche o señalamiento, sino una petición de ayuda para que “esa dignificación de la FP de la que tanto se habla y a la que tanto se recurre” comience con tener un poco más de sensibilidad hacia el trabajo y el esfuerzo de nuestro alumnado y de nuestros profesores reconociéndoselo con hechos, además de con palabras. ¡Alguna hora más para preparar este tipo de competiciones!

Me consta que esta Dirección Provincial está cambiando cosas en positivo, mi reconocimiento, pero aún queda camino por andar. ¡No lo olviden, por favor!

Para concluir quiero dar las gracias a Abdelaziz y Terencio porque con ellos ya he ganado, y de ellos sigo aprendiendo.