- Que a Ceuta viene lo que otros no quieren pocos lo dudan. Un ejemplo claro es el del buque de Balearia, 'Passió per Fomentera' o 'Pasión por Fastidiar'.

Que les pregunten a todos los vecinos que viven en el puerto, incluso aquellos que conforman el cinturón Sardinero, Avda. de Madrid, Polígono, Playa Benítez, Pérez Serrano, Ejército Español, Estación Ferrocarril, Junta Obras del Puerto, Otero, etc.

Desde que está el Passió casi nadie duerme, y muchos vecinos han reforzado sus ventanas con otras nuevas en un intento de minimizar los ruidos que producen los motores de este barco bien conocido en diversos puertos del Estado por su contaminación acústica.

El ruido es un contaminante susceptible de afectar la salud de las personas y su calidad de vida, puesto que, además de incidir sobre la salud, influye también en la comunicación y el comportamiento. La molestia por ruido conlleva implícitamente un fuerte componente subjetivo. Así, un mismo sonido se puede considerar agradable o molesto según sus características, así como las del receptor y las del momento en el que se produce. Los efectos sobre la salud suelen ser, entre otros, disminución temporal o permanente de la capacidad auditiva, manifestaciones de sensaciones de molestia, nerviosismo, irritabilidad, interferencias en el sueño que producen cansancio, disminución del rendimiento, disminución en la concentración en el trabajo, alteraciones del metabolismo, del sistema nervioso central, del sistema neurovegetativo, etc. Qué decir de los efectos en niños y ancianos.

El Passió ya tuvo problemas en Ibiza, y no le quedó otra que salir por bocana echando humo. Otro tanto en Menorca.

En Ceuta es todo lo contrario, en vez de invitarle a que se vaya, tal como hicieron en Baleares, le damos palmas y millones, sacrificando el descanso de miles de familias, que ven como sus horas de sueño se traducen en vigilia permanente.

Resulta que, el Passió no puede apagar de noche sus motores auxiliares porque en el puerto no hay torre eléctrica a la que pueda conectarse. Algo parecido pasaba en Menorca. Sin embargo, allí fueron más serios y obligaron al buque a fondear lejos del puerto en sus horas de inactividad, por sus altos niveles de ruido.

En Melilla, a diferencia de Ceuta, sí hicieron sus deberes, y cuentan con una torre eléctrica a la que pueden conectarse los buques que permanecen en puerto durante sus horas de inactividad. Claro está que la electricidad consumida tienen que pagarla los armadores de los buques.

En Ceuta, las cosas van por otros caminos: a falta de torre eléctrica, el Passió deja encendidos sus motores auxiliares permaneciendo toda la noche en su atraque. En términos de gasto energético es más barato que conectarse a una torre. A lo que hay que sumar el ahorro que supone para la naviera el encender, para entrar en actividad, sus motores en puerto a diferencia de hacerlo en la bahía. Esos números, referidos a tiempo y gasto energético, aplicados a un ejercicio contable, suponen mucho dinero.

La Autoridad Portuaria y el actual Gobierno de la Ciudad deberían explicar a los ciudadanos qué pasa con el Passió, y si es cierto que existen informes que certifican la contaminación acústica que produce. De existir esos informes, que nos digan en qué cajón estuvieron y por qué no se ha actuado en defensa de los vecinos.

El puerto, uno de los recursos más importantes de Ceuta, ofrece una imagen de languidez y de falta de interés para acometer sus obligaciones para con los ciudadanos. Siendo el Estrecho una de las rutas más transitadas de mundo, resulta inaceptable que sea un cadáver marítimo, teniendo como tiene tantas aptitudes para competir y ganar peso como merece. Existe en su gestión una falta manifiesta de consideración hacia los ceutíes, a los que podría dar muchas satisfacciones generando riqueza y puestos de trabajo.

Pedimos a todas las personas afectadas por la presencia nocturna del Passió que nos visiten en nuestra sede en Paseo de las Palmeras, 3. Estamos recogiendo firmas para que este barco nos deje dormir.

Y soñar.