Desde el 20 de diciembre la vida política de nuestro país se mueve en unas coordenadas, donde Pedro Sánchez y su posición terminan siendo la clave para despejar una solución. Nos encontramos ante un calendario muy denso, con fechas y acontecimientos todos trascendentales, como ha sucedido con el nombramiento del nuevo Presidente de la Generalitat en Cataluña.

El PSOE ha dejado muy claro que la democracia tiene que agotar sus plazos. Si Mariano Rajoy no logra los apoyos suficientes, Pedro Sánchez liderará la conformación de una coalición que le permita gobernar. Alguien podrá pensar que es una decisión impaciente y desmedida; pero como candidato del Partido Socialista a la Presidencia del Gobierno se ve en la obligación de responder a los compromisos con la sociedad española. Estos compromisos que pretenden otra forma de gobernar, otro modo de resolver los problemas prioritarios que acosan a los ciudadanos, marcan un rumbo que no pasa por una coalición con el PP.

Estos últimos cuatro años las políticas económicas y sociales del Gobierno han traído más desigualdad, empleo insuficiente y precario, así como más sacrificios a las clases medias y trabajadoras. Este país tiene derecho a una forma de gobierno, que haga los cambios más tangibles y cercanos a la vida diaria de cada persona.

Se le acusa a Pedro Sánchez, de buscar la radicalidad si no acepta un pacto con el PP. Democráticamente, Pedro Sánchez, a mi modo de entender y por lo que él ha manifestado, tiene que ser radical con la transparencia y la lucha contra la corrupción. Democráticamente ser radical con la búsqueda de soluciones para mejorar la vida, considero que es una obligación, no un defecto. Por supuesto, hay aspectos que deben respetarse por encima de todo, como es el de la unidad e integridad de España, eso también el PSOE lo ha dejado claro.

Como ya he manifestado en otros artículos, a pesar de las dificultades, en estos momentos hay que mantener la serenidad y confiar en la seguridad de que todo se va a resolver. La democracia y nuestra Constitución permiten que haya salidas que pueden abrir las puertas necesarias. El diálogo, el pacto y la negociación, como ha reiterado Antonio Hernando, tienen que desplegarse y aportar soluciones, que aglutinen y sumen fuerzas, siempre dentro del marco constitucional.

El PSOE es un partido sensato, equilibrado y centrado, que lo ha demostrado cuando tuvo que comprometerse en la elaboración, aprobación y ser un importante e imprescindible baluarte en la defensa de la Constitución, que ha contribuido a la consolidación de la democracia y la libertad en nuestro país.

La estabilidad política no pasa imperiosamente con la presencia del PP en un futuro gobierno, sin querer por ello limitar su legitimidad para conseguirlo. El PP con su anterior mayoría absoluta ha supuesto un periodo de sacrificios y de sufrimiento a gran parte de la sociedad española. En el tema catalán, con la cerrazón de Mariano Rajoy al diálogo, se ha incrementado el número de partidarios de la independencia en Cataluña.

El PSOE esté en el Gobierno o en la oposición defenderá la unidad e integridad de España y el funcionamiento legal y democrático de las instituciones. Cómo ha manifestado Antonio Hernando en su apoyo al Gobierno en funciones, el Partido Socialista no aceptará ni consentirá una separación de Cataluña del resto de España. Por lo tanto, ante la hipótesis de un posible Gobierno de Pedro Sánchez, tenemos que estar completamente seguros que siempre velará por la estabilidad y que se cumpla la soberanía nacional, algo de lo que ha dado ejemplo el Partido Socialista en sus etapas de gobierno. Patxi López, un político socialista honesto, valiente, íntegro, dialogante y no sospechoso de ir en contra de la unidad de España, que fue un excelente Lehendakari y que recientemente ha estado en Ceuta, es un ejemplo del espíritu que propugna el PSOE, al proponerlo para ser Presidente del Congreso de los Diputados.

En su propuesta de Reforma de la Constitución se pretende consolidar lo anterior, respetando las diferencias y singularidades, sin que se vean menoscabados los derechos y la igualdad de todos los españoles. Nuestro país se merece no perder la esperanza y Pedro Sánchez, como candidato y Secretario General del PSOE, tiene toda la legitimidad para no regatear ningún esfuerzo, ni tener ambigüedades a la hora de defender e implementar el proyecto para nuestro país, que ha estado explicando y promoviendo durante la anterior campaña electoral. Algo de lo que nos veríamos beneficiados todos, incluyendo a Ceuta, que sin duda favorecería a las clases medias y trabajadoras, en la línea de los gobiernos socialdemócratas europeos.