Hoy se cumplen seis años que nos dejó una gran mujer, si una mujer con letras mayúsculas, demócrata, adelantada a su tiempo y sobre todo una socialista de pura cepa. Habría cumplido, el 20 de noviembre, noventa años; una mujer que cuando hablabas una vez con ella, no te dejaba indiferente.

¿Quién fue María Miaja?: Nació en Ceuta un veinte de noviembre de 1922, hija de dos asturianos, su padre murió joven y su madre, una mujer que quedó viuda a los treinta años, tuvo que sacar adelante a sus tres hijos con su trabajo, pero a pesar de tenerlo muy duro, su mayor preocupación fue la educación de est@s.

Desde muy joven, María, tuvo muy claro que había que luchar contra las injusticias sociales y nunca se acercó a su puerta una persona necesitada que se marchara con las manos vacías, a más de un@ sentó a su mesa, aunque hubo épocas que ella también estaba para que le ayudaran.

En 1.936, cuando comenzó la guerra civil, tenía trece años, pero ya tuvo problemas al salir a la calle vestida de rojo, hubo un falangista que le decía: “Te llevaré presa si te vuelvo a ver con ese vestido” Ella no le respondía, pero, dos días después volvía a ponérselo, era su forma de protestar contra las injusticias de una guerra que nunca tuvo razón de ser y que tanto daño hizo en Ceuta.

En la post-guerra, a principios 1.944 apresaron a su hermano mayor, Fructuoso, y a finales de ese mismo año a su hermano Fernando. Junto con su madre se dedicó en cuerpo y alma a procurar que a sus hermanos no les faltara: cariño, apoyo moral, alimentos y todas las ayudas posibles.

A María se le puede catalogar como mujer SOCIALISTA y CEUTÍ, a ella le gustaba más la palabra “caballa”, lo era de pura cepa, por ello vivió y lucho por esta Ceuta tan querida por toda la familia Miaja.

Con el número 2 de carnet socialista, fue como la cifra indica la segunda mujer que se afilio a su Partido en Ceuta en los primeros años de la democracia y lucho por sus siglas con convencimiento y vehemencia hasta los últimos años de su vida. En campaña electoral se crecía y parecía tan joven que nadie, viéndola subir a los pisos a repartir propaganda electoral o en la calle y barriadas, hubiese pensado la edad que tenía. Sus hijas le decían: “mamá, tú necesitas una campaña cada seis meses, te rejuvenece”

En el kiosco que tenía en el puerto acudían a diario muchos jóvenes y mayores a dialogar con ella y cuando hacían algo que no le parecía correcto les cantaba las cuarenta.

En la entrega del premio “Mujer Vecinal del Año 2006” galardón que le fue concedido por unanimidad por Mujeres Vecinales, ya no pudo pronunciar las palabras que sentía y que fueron leídas por su hija:

“La mía ha sido una lucha activa y casi nunca silenciosa, una lucha cruel que no se saldó sin bajas. Las que ahora me escucháis, las que sois más jóvenes que yo, sólo podéis acercaros a la idea de lo que supuso en una época dominada por la dictadura y el odio, ser demócrata, socialista, mujer y Miaja. Si…mi apellido no dejó nunca indiferente a nadie ya fuese para bien o para mal. Supuso desde siempre una gran responsabilidad, desde muy joven lo entendí como un acicate para seguir luchando y continuar con el esfuerzo de toda mi familia”

Al referenciar su muerte a última hora del día 28 de marzo de 2007, un medio ceutí dijo de ella, entre otras cosas... “Su vital espíritu, un referente”