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Imagen de la X Carrera Solidaria 4.300 pasos por la salud mental / A. Castillo
Jóvenes por la Dignidad

El 13 de enero se conmemora el Día Mundial de Lucha contra la Depresión.

Se trata de un trastorno mental caracterizado por un bajo estado de ánimo que implica cambios comportamentales y en el pensamiento.

Según datos del INE, se calcula que en España afecta a más de un 5% de la población. En su aparición tienen huella diferentes factores y que se presentan interrelacionados, factores biológicos, ambientales y psicológicos.

Los síntomas pueden ser diversos y en muchas ocasiones pasan desapercibidos, lo que conlleva a que se den de manera prolongada en nuestra salud con sus correspondientes efectos.

Las características más comunes de esta afección se relacionan con un sentimiento de tristeza continuo, pérdida de la motivación en realizar actividades que antes resultaban de buen agrado, cansancio generalizado, preocupación por el futuro y hasta pensamientos de muerte.

Hoy en día está constatado que el uso abusivo de las redes y la autoexigencia personal están jugando un papel clave en el riesgo de sufrir depresión.

La búsqueda del perfeccionismo y tener la sensación de que todo está bajo control y que podemos anticiparnos a los problemas son rasgos de la personalidad que nos hacen vivir en constante tensión aumentando nuestros niveles de estrés y, por consiguiente, nos llevan a ser blanco fácil de esta afección.

Realmente existe mucha desinformación respecto al papel que juega la depresión en nuestra salud, socialmente hablando todavía se considera un tema tabú y que su impacto se debe a situaciones externas, sin prestar atención a lo interno.

Los datos de los especialistas presentan claramente que los casos de depresión están concentrados en su mayoría en la población de edad productiva, es decir, estudiantes y trabajadores, lo que confirma que el pensamiento a largo plazo tiene un papel significativo ya que durante estas edades se busca un camino certero que nos dé seguridad y estabilidad. Si los tiempos no ayudan y nuestra sensación de seguridad se tambalea pues habrá un aumento significativo de trastornos depresivos.

Lo que está claro es que se puede revertir adoptando medidas de contención ante el estrés y manteniendo una vida saludable. La sociabilidad es vital en este aspecto, liberar la carga laboral haciendo deporte, una ingesta rica y variada y respetar nuestras horas de sueño harán que seamos menos propensos a desarrollar cuadros depresivos.

También ser precavidos y buscar apoyo cuando lo necesitemos, tanto

de un especialista como de alguien que pueda ayudarnos. La administración por su parte debe intervenir garantizando los derechos de los ciudadanos, en este caso en la salud y el trabajo, y buscar la concienciación desde pequeños para evitar estos males.

Desde Jóvenes por la Dignidad consideramos que el problema reside en las soluciones dadas, pues se limitan a poner parches y no sanar la herida, la raíz del asunto. El sistema se muestra agresivo y poco predispuesto a ceder ante la sociedad.

La clave está en preocuparse por el desarrollo de las personas, aquí la educación juega un papel importante.

De esta manera podremos encontrar el camino para la construcción de un sistema igualitario, justo y ético, que se traducirá en menos problemas (sean del tipo que sean) y, por lo tanto, la consecución de un bienestar social óptimo que ayudará en el mantenimiento correcto de nuestra salud mental.