Ana Obregón / Imagen cedida
Ana Obregón / Imagen cedida

La semana pasada escribí sobre las implicaciones morales y éticas de la gestación subrogada, a cuento de la adopción por parte de Ana Obregón. Pero la semana pasada no conocía un detalle: el padre del bebé es el hijo fallecido de Ana Obregón, o sea, se ha convertido en madre adoptante y abuela.

Por partes, porque el tema da para mucho:

1. La legislación española prohíbe en el Código Civil adoptar a descendientes, quiere decir que los abuelos no pueden adoptar a un nieto, por ejemplo. No sé yo si fiscalía meterá baza en este asunto cuando Ana quiera inscribir al hijo/nieto en el registro.

2. No sé si ya de por sí sería algo grotesco y enrevesado que el pobre hijo fallecido antes de morir le dijese a su madre que congelase su esperma para que algún día pudiese darle un nieto a su madre, no sé,  pero si no es así, tampoco sé,  dolor de Ana Obregón aparte por la pérdida de su hijo, hasta que punto ella puede atribuirse la decisión de tener en su vida, aunque sea como nieto, una parte genética del hijo que falleció. No sé hasta qué punto se pierde la perspectiva de que un hijo no es posesión de una madre ni de nadie, es una vida autónoma con capacidad de decisión propia. Esa visión tan paternalista de la madre/padre protectores de los cachorros no la comparto en muchos aspectos, porque lo que se cría son seres indefensos y vulnerables hasta que se estrellan con la propia vida, y sin recursos, o porque los padres ya no están, o porque no tengo mecanismos aprendidos para solventar problemas del día a día.

3. Vivimos en el tipo de sociedad que vivimos y es prácticamente imposible abstraerse de ello. Les pongo un ejemplo: imaginen que a mí no me gusta que cuando mi hijo cumpla años lleve tarta, caramelos o lo que sea al cole. Imaginemos que el resto de niños sí lo hacen. ¿Quién sería el raro? A mí me podría dar igual el asunto, pero, ¿y a mi hijo? ¿No se sentiría diferente? ¿Y por qué digo todo esto? Esa niña irá creciendo, obvio, y con 5, 6, 7 años intentará adaptarse a un sistema social porque vive en él.  ¿Cómo se le explica a esa niña sin perturbarla que su padre falleció, que dejó su esperma para fecundar un óvulo en el vientre de una mujer para que al nacer fuese su abuela la que ha hecho de madre? No sé, me pregunto solo. A lo mejor dentro de 30 años todo ha cambiado y esto no es así, lo mismo que a lo mejor dentro de 30 años no es el raro el que no lleva caramelos al cole, sino el que los lleva.

4. El aspecto económico no deja de tener su aquel en este tema concreto. Dicen que el proceso es largo y sobre todo costoso, sí, lo será para los "mortales", porque Ana Obregón al vender todo esto a las revistas como exclusivas podría adoptar 3 hijos más y todavía seguir ganando dinero. No, a ella no le ha resultado costoso, incluso diría que está ganando dinero. Y ojo que al parecer ha dicho en la entrevista (pagada a saber cuánto), que a lo mejor le da un "hermanito".

Nunca, desde hace años, me pareció que Ana Obregón tuviese muchas luces, ojo, siempre respetando el dolor terrible de una madre que pierde a su hijo, pero espero que a esta mujer no se le vaya un poco la cabeza con el asunto porque en todo este tema hay otras personas implicadas.

Y todo, todo lo que escribo lo hago dej ado claro que soy un ignorante en este tema y en muchos más y por supuesto sin ponerme en la piel de alguien que, sin más, puede hacer lo que le dé la gana para ser feliz. Lo que ocurre es que, para mí,  no todo se justifica con el "es que así soy feliz".

Y, por supuesto, también dejando claro que en la vida de las personas, en el día a día hay cien mil cosas más importantes que esta, como por ejemplo llegar a fin de mes, comprar sin que te estafen porque lo de la inflación es para tirarse a la calle o diez mil preocupaciones más que podamos tener todos, pero de algo hay que hablar, y entre esto o hablar sobre el majara de Trump, por ejemplo, elegí esto.