Asignatura: gestionar el dolor

S.J. UVE


Ansiedad / Imagen cedida
Ansiedad / Imagen cedida

Llevo ya tiempo pensando en la cantidad de reveses que de una u otra forma te tiene que dar la vida. De la misma manera que a veces, de vez en cuando, me sumerjo en el mundo de las Matemáticas, Lengua o Sociales. Hace muchísimo tiempo, tanto que ya no lo recuerdo, que no tengo que resolver una raíz cuadrada, factorizar o detectar dónde está el sintagma predicativo y, sin embargo, en todo ese tiempo he tenido que pasar por situaciones que me han generado dolor y, lo que es peor, ansiedad.

Sin restar un ápice a la importancia de todo lo que se enseña en nuestras escuelas e institutos, y llevo a rajatabla aquello de "el saber no ocupa lugar", si de mí dependiese añadiría en el currículo educativo asignaturas que intentaran enseñarnos desde pequeños a saber afrontar la inevitable contundencia con la que la vida va a golpearte sí o sí. Está perfecto, y me encanta, que me pregunten cómo se resuelve una ecuación bicuadrada o donde está la oración principal y la subordinada y saber hacerlo. Pero sin duda aún me gustaría más que me hubiesen intentado enseñar a afrontar la pérdida de un familiar, una ruptura sentimental, un despido del trabajo o la muerte de tu mascota, por ejemplo.

Crecer junto a tu familia y que de repente, o simplemente por ley de vida, alguno falte, vivir tu vida junto a alguien a quien quieres y que te deje, levantarte un día, llegar al trabajo y que te despidan, coger un animal desde pequeño, que se convierta en tu alma y que un día no esté, despertarte un día, extender la mano y que la persona que llevaba a tu lado tantos años ya no yazca a tu lado, que un buen día empiece a dolerte algo y vayas al médico y te diga que "hay que hacerle pruebas".

Sin olvidar la salud física no deberíamos olvidar que la depresión y la ansiedad son las enfermedades del siglo XXI, y ahí está España, y mira que en el mundo hay países... liderando el consumo de ansiolíticos. Ante semejante panorama, y repito si de mi dependiese, incluiría en las escuelas asignaturas con profesionales que intentaran hacer entender a los niños desde pequeños que en la vida habrá momentos muy malos y cómo afrontarlos.

Admiro a la gente, y alguno conozco, que no sabe lo que es la ansiedad. Yo conozco desde muy cerca en la familia y en mí mismo esos momentos en los que la vida parece "vencerte" y la ansiedad te destroza. Porque una cosa es el dolor, que también es horrible, pero otra cosa en la ansiedad y la angustia que te inhabilitan, esa sensación de falta de hambre, sofoco, desgana, el tiempo no pasa, la serie que ves la pones y la quitas cada 30 segundos, salir a la calle es una odisea, disfrutar de los momentos una utopía, las noches eternas, las manos sudan, la paz no existe, el infierno te acoge gustoso.

Sí a los polinomios, sí a los complementos directos, sí a la dureza de los minerales, sí a la capital de Tanzania, sí al mundo de las ideas de Platón o al superhombre de Nietzsche, sí a los saltos de potro, sí a la educación sexual, pero también sí a expertos y profesionales que enseñen a gestionar al dolor.

Dicen que la gente no te hace cosas o que la vida no te hace cosas, sino que la gente y la vida hace cosas y tú decides cómo te afecta, incuestionable, pero con herramientas aprendidas sería mucho más fácil que simplemente esperar a que el tiempo por una mera cuestión de supervivencia sea el que te haga superar las cosas que te ocurren. Ánimo.