La gravedad no existe, el agua no hierve a los 100 grados centígrados y yo soy más guapo que Brad. Y con eso, imagínense que me presento a unas elecciones y además la gente me vota, de locos.

Hace tiempo que asisto, ya sin incredulidad, a un estado de imbecilidad general del género humano y aún no sé exactamente las causas o de dónde viene tanta estupidez. Usted, evidentemente, puede tener una opinión contraria a la mía, faltaría más, aunque fuese de lo más ridícula ("sí, eres más guapo que Brad Pitt").

Lo que es de todo punto estúpido, y no admite discusión, por ejemplo, es que alguien me diga que el Madrid no es el equipo que tiene más copas de Europa, simplemente porque es mentira, sería un dato falso, erróneo.

Y he aquí que hemos llegado, como digo, a tal punto de imbecilidad, que se discuten los hechos, los datos, lo incuestionable y esos mismos que lo hacen, además, obtienen el respaldo de miles y miles de personas. Les pongo algunos ejemplos.

1. Donald Trump, acusado de más de una treintena de delitos, por alguno de ello podría acabar en la cárcel (no le pasará nada...), ni corto ni perezoso invita a sus seguidores a acompañarlo el día de su citación ante el juez porque dice que todo es una caza de brujas y que Estados Unidos es un país comunista. Aro.

Así que tenemos a un individuo (que evidentemente algún tipo de enfermedad mental tiene), no sólo sin perder apoyos, sino que al contrario, está rentabilizando el asunto para subir su popularidad.

Un tipo al que, por ejemplo, se le han intervenido en el cuarto de baño decenas y decenas de documentos oficiales y secretos que se llevó a su casa porque sí,  porque él lo vale. Un enfermo al que la gente vota, bien.

2. Imagine usted que yo le digo que compre leche a pesar de que puede estar adulterada y puede provocarle enfermedades, y usted la compra... Bien, ahí tenemos al vicepresidente de Castilla León diciendo que los controles establecidos no sólo por las leyes españolas, sino también por las europeas, son excesivos y que habría que cambiar el status que y relajar los controles de sanidad y dejar que se venda carne a pesar de que pueda estar mala. Y, haciendo un ridículo del que hay que ser muy imbécil o muy fanático para no darse cuenta, dice que no pasa nada por discutir y cuestionar las leyes al respecto, que en su momento también se cambiaron las normas para acabar con la esclavitud, lo ha dicho, eh!!

Y se queda tan ancho. O sea, vendamos carne rebajando los controles de sanidad porque sí no nos vamos a cargarnos la ganadería. Perfecto.

3. Díaz Ayuso, de la cual estoy seguro de que algún día nos enteraremos del nombre técnico que tiene su trastorno mental, dice, amén de que Madrid es guay porque no puedes encontrarte a tu ex por la calle (grandísima propuesta electoral), que el calentamiento global no existe, que estas cosas son cíclicas y que no existe tal problema. Bien. Hagan la prueba y pongan en Google esto: "muertes en España al año por contaminación del aire", y a ver qué les sale.

Y no contenta con negar algo científico, con negar lo evidente, con negar lo que es de enfermos negar, dice que el asunto, ojo, se soluciona no con medidas a gran escala que disminuyan los efectos de los gases contaminantes, no, su idea para acabar con uno de los grandes problemas a nivel mundial: la contaminación y el calentamiento global es....sí, juro que lo ha dicho, "poner macetas y flores en los balcones de tu casa". Ea, y se queda igual, lo dice, en serio que lo ha dicho, y ya está, fin, solucionado. Y ahora dile tú a un fanático votante de esta mujer que eso, al menos eso que ha dicho esta señora es una gran estupidez, a ver que te dice. Bueno, yo sí sé alguna cosa que te puede decir: "peor es lo de Eta".

Y así seguimos, con cada vez menos capacidad de crítica, de cuestionarnos las cosas y siguiendo cual borreguitos todo lo que nos dicen nuestros "lideres", sin pensar al menos un segundo y hacernos recapacitar sobre la posibilidad de que a lo mejor, solo a lo mejor esos líderes estén equivocados.

Pues nada, palante y que Dios nos coja confesados. Compren ustedes fresas de Huelva, tantas como dejen de venderse si a los alemanes les da por dejar de comprarlas por la barbaridad de Doñana, sean patriotas y culpen al gobierno bolivariano de ir en contra del campo andaluz, en vez de pensar, si quieren, que pudiera ser, solo que pudiera ser, que la ley que quieren sacar adelante en Andalucía en contra de la opinión no sólo de las leyes españolas y europeas, sino de toda la comunidad científica, es una auténtica barbaridad, solo si quieren.

Y si les da por llegar a la conclusión de que sí, de que pueda ser una ley errónea, no acudan a cualquier tipo de excusa para justificar lo injustificable del tipo: peor es ir por el pan y que cuando vuelvas te hayan ocupado la casa.

Cuestiónse algunas cosas, si quieren, si prefieren no pensar es ya cosa suya.

P. D. El agua hierve a 100 grados centígrados, negarlo es ser un ceporro.

Ustedes eligen.