Cataluña dijo ayer basta a la incitación al consumo de alcohol a través de ofertas, sorteos, rebaja de precios o concursos entre otras promociones. Por unanimidad, el Parlament  aprobó la Ley de Salud Pública que recoge, entre otras novedades, el veto explícito a este tipo de prácticas.
Desde 1985, y atendiendo a la ley catalana de prevención y asistencia en materia de sustancias que generan dependencia, está prohibida la promoción de bebidas alcohólicas. Pero ahora se da un paso más y «por primera vez», una norma aclara que los conocidos como «2x1» (dos consumiciones al precio de una) o las «barras libres», además de «otras ofertas similares», son ilegales. Hasta el momento, algunos establecimientos asiduos a este tipo de reclamo para aumentar las ventas argumentaban que las consumiciones promocionadas no tenían por qué llevar alcohol sorteando así a la aplicación de la ley.
La Federación Catalana de Asociaciones de Actividades Recreativas Musicales (Fecasarm) calificó la iniciativa de muy positiva. De hecho, los 850 empresarios que integran esta entidad vienen reclamando a la administración más mano dura desde hace tiempo y han hecho llegar a la Generalitat hasta 300 denuncias por este tipo de promociones. «Siempre hemos dicho que estas prácticas creaban competencia desleal en el sector, además de un mala imagen», explicó el secretario general de la Fecasarm, Joaquim Boadas. Por su parte, Ramón Mas, uno de los socios del «Dublin Irish Tavern», se muestra «poco partidario de los ‘2x1’», aunque, «en momentos muy puntuales», sí ha ofrecido consumiciones a mitad de precio.  Mas ve con buenos ojos el cambio legislativo, aunque critica que mientras en su local velan por que no entren menores, «la normativa no ha ayudado a acabar con el consumo de alcohol entre menores, ni a erradicar el botellón o la venta de bebidas alcohólicas en grandes superficies o gasolineras a menores».
Precisamente, el objetivo global de la nueva ley es potenciar las actuaciones de prevención, protección y promoción de la salud, para reducir el gasto sanitario, y prohibir, o como mínimo limitar, aquellas que atentan contra la salud de la personas. Hay quien, no osbtante, no entiende el motivo de esta limitación legal. Es el caso de la encargada de una de las tabernas irlandesas más concurridas del centro de Barcelona, que apuntó a este diario que «no me parece necesario (vetar estas prácticas) porque no fomentan beber más». A su juicio, «en España no hay abuso del alcohol» y «nunca la gente va a saco durante la ‘happy hour’». Esta restauradora considera, además, que esta prohibición «perjudicará al barcelonés, no al turista».

Consenso y precedente
Aquellos propietarios que no retiren la pizarra que anuncia el «2x1», mantengan a pie de calle a promotores con invitaciones a chupitos o permitan sorteos o promociones en sus locales que inciten a beber podrán ser sancionados con multas superiores a los 6.000 euros, explicó el director general de Salud Pública, Antoni Plasència. 
Mientras, la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, anunció  que la normativa catalana contiene elementos que también se estudian para sacar adelante una ley de salud pública en el ámbito nacional, informa Efe. De hecho, todos los grupos parlamentarios catalanes coincidieron al destacar el amplio consenso logrado para sacar adelante una ley innovadora que, según la consejera de Salud, durará años.