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Mujeres árabes, cineastas y activistas

"Cada productor, cada cineasta... pero también cada panadero, y no estoy bromeando, puede ayudar a crear la democracia. La revolución tunecina no fue cosa de los intelectuales, sino de la gente. En realidad, nosotros los profesionales del cine no tenemos muchas lecciones que dar. Tuvo que ser la inmolación de Mohamed Bouaziz la que apretó el gatillo", reflexiona Dora Bouchoucha, directora y productora de Túnez, y presente en el FESPACO, el Festival de Cine Panafricano de Uagadugú (Burkina Faso) que se celebró la semana pasada. La ola de cambios y de protestas que se extienden por los países árabes y algunos del África subsahariana es, según ella, consecuencia de un "efecto dominó" que empezó en su país: "Egipcios o libios han dicho: si los tunecinos han podido, nosotros podemos".

Los activistas canarios regresan a España sin poder desembarcar en El Aaiún

Los ocho activistas de un colectivo español pro saharaui que se negaron hoy a desembarcar en El Aaiún "por falta de seguridad" y otros seis españoles cuya entrada denuncian que fue denegada por las autoridades marroquíes partieron esta noche rumbo a Las Palmas. Según fuentes policiales del puerto de la capital administrativa del Sahara Occidental, el barco salió hacia las 23:45 GMT y hora local. Anselmo Fariñas, uno de los miembros de la Plataforma de Apoyo al Pueblo Saharaui, aseguró a Efe que les había sido "imposible bajar del buque" por las "amenazas de decenas de colonos marroquíes" que h...

Los activistas impedirán el paso a Melilla de fruta, verdura, pescado y materiales de construcción durante al menos tres días

Agitando banderas de Marruecos y entre gritos de "no al racismo" lanzados sobre un camión de transporte -el primero de una hilera de de nueve- una veintena de activistas marroquíes anunciaron ayer en la tierra de nadie entre Melilla y Beni Enzar (Marruecos) el inicio de las protestas. Había muchos más periodistas que manifestantes. Nunca un grupo tan reducido de concentrados recibió tanta atención.

Israel comienza a expulsar a los más de 600 activistas detenidos

Israel ha comenzado a expulsar esta madrugada a los activistas de la 'Flotilla de la Libertad'. Un primer grupo de 250 ha abandonado suelo israelí a primeras horas de este miércoles y el resto, en total serán más de 600, lo hará antes de 48 horas. Los primeros en emprender el regreso a sus países de origen ha sido un grupo de 120, en su mayoría argelinos e indonesios, que fueron trasladados ayer en autobús a la frontera con Jordania. Otro grupo de 60 personas, de nacionalidad turca, han sido trasladados al aeropuerto Ben Gourion de Tel Aviv y otros 70 serán trasladados directamente desde la prisión de Beersheva, donde permanecen la mayoría de los activitas arrestados, entre ellos los tres españoles, Laura Arau (que ha firmado la orden de deportación), Manuel Tapial, David Segarra.

Israel detiene a 480 activistas a su llegada al puerto

A su llegada al puerto de Ashdod, 16 horas después del ataque del Ejército israelí sobre el convoy que trasladaba ayuda humanitaria a la franja de Gaza, unos 480 activistas del total de 600 pasajeros que viajaban han sido detenidos por las autoridades, según informa la agencia de noticias France Press. Son los tripulantes que, tras desembarcar allí por la fuerza, a unos 35 kilómetros de la franja, se niegan a volver de forma voluntaria a sus países - todos ellos son invitados a firmar un documento de deportación-. Su negativa les convierte ahora frente a las autoridades israelíes en inmigrantes ilegales y, por tanto, quedan detenidos. Para todos aquellos que rechazan abandonar el país -la gran mayoría-, comienza ahora;, tras los intentos de identificación, un proceso judicial que culmina en la expulsión. 48 personas se encuentran ya, según la misma fuente, en vías de deportación.

La presión de los cuatro países implicados facilitó la salida de los activistas de Greenpeace

La situación del director de Greenpeace España, Juan López de Uralde, y los otros tres arrestados -la noruega Nora Christiansen, el suizo Christian Schmutz y el holandés Joris Thijssen- se desbloqueó gracias a la presión conjunta de los cuatros países implicados (España, Noruega, Suiza y Holanda), principalmente, y a la colaboración de Greeenpeace con las autoridades, según informa la propia organización desde Copenhague. López de Uralde ha señalado, además, que el trato recibido ha sido desproporcionado y que volvería a hacerlo "una y mil veces".
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