El presidente del Banco Santander, Emilio Botíbn ha asegurado hoy que "no hay ningún impedimento legal" para que el consejero delegado del grupo, Alfredo Sáenz, siga desempeñando sus funciones.

"Tenemos informes terminantes de que no hay elemento legal para que siga ejerciendo sus funciones", ha dicho Botín en respuesta a uno de los primeros accionistas del banco al que ha querido responder inmediatamente y no al final del turno de preguntas como suele ser habitual.

Además, el presidente del Santander ha destacado que Sáenz "ha desarrollado una magnífica labor y que el consejo del banco ha ratificado su plena confianza" en él.

A principios de marzo, el Banco de España inició el proceso para decidir si Sáenz puede continuar en su puesto como consejero delegado del banco teniendo en cuenta que el Tribunal Supremo consideró que el anterior Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero incurrió en una "clara extralimitación" de la Ley del Indulto. Y ello tras anular los efectos administrativos de la medida de gracia que concedió a Sáenz, que le permitió seguir ejerciendo su actividad bancaria.
En marzo de 2011, el Tribunal Supremo condenó al consejero delegado del Banco Santander a tres meses de prisión y de inhabilitación para ejercer funciones en banca por un delito de acusación falsa contra unos deudores de Banesto, entidad que presidió tras ser intervenida en 1993.

Ahora, tras la decisión del Supremo, el Banco de España debe ser quien decida si Sáenz cumple con los criterios de "honorabilidad" y puede seguir ejerciendo su cargo.

Tras conocerse la decisión del Supremo, la defensa de Sáenz ya anunció que recurriría la sentencia y presentaría un recurso de amparo "por infracción del derecho de igualdad y del derecho a tutela judicial efectiva".

Los socialistas organizan cuatro equipos de trabajo para renovar el programa y afrontar la campaña electoral

Continuidad y cambio. Son los dos elementos que el vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, quiere combinar en su proyecto para ganar las elecciones generales, según ha explicado en varias ocasiones desde que asumió que sería el candidato socialista.

Pelé tiene la razón. Di Stéfano está por encima de Maradona, de él mismo y de Cruyff. He visto jugar a los cuatro y tengo a Maradona en el cuarto lugar. Ha dicho Pelé –que era un prodigio– que Maradona no manejaba bien la pierna derecha y que el único gol de cabeza que metió fue con la mano. Aquella trampa. Maradona está muy vinculado con las trampas. Lo expulsaron de un Mundial por tramposo. Di Stéfano lo era todo en el Real Madrid. Por lo menos, y como afirmó Bernabéu, la mitad del cemento del Estadio lo puso él. Y dio carácter y unidad al equipo, y estableció una manera de ser que caracterizó al Real Madrid durante décadas. Resulta que los argentinos lo consideran menos argentino que Maradona, y ahí está todo, y Pelé lo sabe.
Para ser el número uno en lo que sea es imprescindible la inteligencia. Di Stéfano, Pelé, Cruyff, Beckenbauer y Zidane lo han sido. Inteligentes. Maradona es tonto. O si les parece excesivamente duro, menos inteligente. Deja pufos por donde va. Ahora, con esa manía de elegir mal que tienen los argentinos, está llevando a la Selección albiceleste a los aledaños del ridículo.
Cada vez que abre la boca es para insultar o para soltar una mamarrachada, como aquella de que el Papa Juan Pablo II era el culpable del hambre en el mundo por no donar los tesoros artísticos del Vaticano. Él no dona nada. Y en los países en los que ha jugado le persigue el Fisco. Muy solidario. Pero sobre todo, tonto. Y los tontos sólo pueden ser números uno en la lista de tontos. Y en el caso de Maradona, como en el viejo cuento, es el dos. Por tonto. El trono, reconocido por el único que se lo puede disputar, para don Alfredo di Stéfano.