La advertencia hecha anoche por el primer ministro tailandés a los 5.000
camisas rojas que permanecen
acampados en el centro financiero de Bangkok para que se disuelvan ha aumentado la tensión. Los manifestantes han reforzado las barricadas con las que se protegen de las cargas policiales. Para facilitar el desalojo de los protestantes, las autoridades tailandesas han ordenado la evacuación de los residentes en la zona, de unos tres kilómetros cuadrados con edificios oficiales y comercios de lujo, que
el Ejército cerrará por completo.