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Alcanzó el nº 57 mundial e incluso ganó un título ATP en Bucarest, pero Joan Balcells parece que sólo jugó un partido en toda su carrera y, además, de dobles. Es el peaje que debe pagar por su partidazo junto a Àlex Corretja en la final del Palau Sant Jordi de 2000. Ambos vencieron por un triple 6-4 a los australianos Mark Woodforde y Sandon Stolle, entonces números 1 y 3 del mundo de dobles, para servir en bandeja la primera Copa Davis de España, sellada al día siguiente por Ferrero ante Hewitt. Retirado en 2004 y sin aquellas patillas de entonces, el catalán, de 34 años, ejerce de técnico en la Academia Sánchez-Casal y está encantado de la vida que comparte con su mujer Mónica y su hija Claudia.
¿Tiene la sensación de que sólo se le recuerda por aquel partido?
Podría ser, tienes razón, pero es que en el tenis español está muy difícil. En cualquier otro país, eres el nº 50 y juegas la Davis de nº 1, pero aquí por la cantidad de buenos jugadores yo era el 6º o 7º. Es normal que me recuerden por aquel partido. Le pasa también ahora a Montañés, que está el nº 30, porque Nadal acapara toda la atención. Montañés, Hernández y todos estos no salen pero son también muy buenos jugadores.
El Palau Sant Jordi fue talismán.
Aún se me pone la piel de gallina cuando vengo aquí. Fueron momentos inolvidables, el fruto de un año de lucha y compenetración entre todos. Fue una alegría inmensa.
¿Qué atmósfera se creó?
No sólo fue el doble. Comenzamos a entrenar aquí diez días antes. Cuando entras en el Sant Jordi lo ves gigante y poco a poco te vas acostumbrando a las dimensiones. El día del partido impresiona más porque la gente te anima de todas las maneras y grita. Recuerdo muy emocionante la salida a la pista porque todo el mundo gritaba nuestros nombres. Era impresionante.
¿Cree que los australianos sintieron miedo escénico?
No, de ninguna manera. Hewittera nº 1 o 2 del mundo, Rafter también lo había sido y los doblistas aquel mismo año habían ganado títulos de Grand Slam. Era gente muy acostumbrada.
¿Cuántas veces ha visto repetido aquel partido de dobles?
Unas cuantas veces, pero a trocitos porque todo junto no lo aguanto.
Con el paso del tiempo, ¿a qué atribuye aquella victoria?
La superficie nos ayudaba, aunque ellos habían ganado Roland Garros. Fuimos a lo nuestro jugando lo mejor posible y nuestra ilusión, energía y tensión dieron su fruto. Si hubiésemos perdido, no habría pasado nada porque ellos eran favoritos. Nos salió bien a nosotros.
¿Qué porcentaje da a España para ganar esta nueva final?
Muy alto. No está hecho, siempre se tiene que jugar. El Alcorcón ganó 4-0 al Real Madrid. Estas cosas pasan, pero España tiene un 90% de posibilidades de ganar. Teóricamente no tiene por qué haber problemas. Luchando y sufriendo, seguro, pero a la larga la final tiene que ser nuestra.
¿Está resuelta definitivamente la papeleta del doble español?
En los últimos dobles ha ido bastante bien. Todos los países tienen buenas parejas, están más familiarizados con el doble y lo que pasa es que España tiene jugadores muy buenos que pueden jugar tanto individual como dobles. Por más buenos que sean unos u otros, muchas veces es a cara o cruz, más en el doble que es un juego tan rápido y diferente.
Si Nadal y Federer jugasen diez partidos con los hermanos Bryan, los números 1 de dobles, ¿quién ganaría más veces?
No hay duda de que al final acabarían ganando más veces Federer y Nadal. Quizás comenzarían perdiendo los primeros partidos, pero a la larga ganarían más ellos. Si tienes una bola de 'break', ¿quién la jugará mejor, Federer que es el nº 1 del mundo indiscutible o los Bryan, con carencias técnicas por muy buenos doblistas que sean? Para mí no hay duda.
¿Qué tal su nueva vida?
Muy bien. Dejé de jugar, me casé, tengo una niña que tiene casi tres años. He descubierto cosas que realmente no sabía ni que existían. Una cosa tan idiota como las rebajas. Cuando dejé de viajar, vi que las cosas en enero iban a mitad de precio. Parece una tontería muy grande, pero yo no sabía que existían. He descubierto 'hobbies' que antes no podía hacer o no me iban bien para el tenis. Me voy en bicicleta, estoy con mi familia. Todo positivo
