El nuevo PGOU se olvida de balnearios y campos de golf y aspira a dar cabida a 7.000 nuevos empleos
- El documento mantiene como gran objetivo “perfilar una ciudad media dinámica, atractiva para vivir y visitar y que se constituya en una plataforma adecuada para la implantación de actividades económicas”
- Destina 16 hectáreas para el desarrollo de actividades económicas sobre el eje Puerto-Frontera en Benítez, Cortijo Moreno, Loma Colmenar y el Tarajal
- La “revitalización” del Príncipe Alfonso se asentará en “operaciones de regularización de la propiedad”; el “cierre” de “la corona de infraestructuras y viales”
¿Se imaginan a un violinista que acudiese a un concierto sin su instrumento en ristre? ¿O a un piloto de Fórmula 1 esperando en la parrilla de salida a que aparezca su coche? Circunstancias similares, que parecen increíbles, se producen cada semana en los torneos de golf. Parece mentira que un deporte tan profesionalizado y mueve tanto dinero esté al albur del tráfico aéreo. Los jugadores rezan por tener sus palos a tiempo.
No parece lógico que una herramienta de trabajo de tanta precisión (los palos están hechos a medida y los golfistas están perfectamente adaptados a ellos) tenga que viajar...
El año 1992 fue muy significativo para España por dos motivos: los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Expo de Sevilla. Pero también lo fue para el golf europeo, cuando por única vez en la historia del ránking mundial hubo cinco jugadores del Viejo Continente dominando el panorama internacional. Ian Woosnam, Nick Faldo, Chema Olazábal, Seve Ballesteros y Bernhard Langer conformaron la edad de oro del golf europeo y ahora, dos décadas después, Martin Kaymer, Lee Westwood, Luke Donald,Graeme McDowell y Rory McIlroy quieren imitarles.
Para entrar juntos en el Olimpo sólo tiene que suceder una cosa...