SEVILLA- Los movimientos en torno al vestuario del Betis en los prolegómenos de la sesión matinal denotaban que algo anormal ocurría. Tapia, aunque cordobés, hace gala de una puntualidad inglesa. Ayer no. El equipo no saltó al terreno de juego a las diez. Lo hizo más tarde y sin cuatro de sus futbolistas: Carlos García, Sergio García, Arzu y Sunny. Nelson, aun- que comenzó el trabajo con el grupo, se retiró poco después visiblemente afectado. El doctor Tomás Calero, jefe de los servicios médicos del club verdiblanco, ya estaba entonces con los primeros en un centro hospitalario cercano complementando las pertinentes pruebas de laboratorio, conforme al protocolo de actuación facilitado por la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía para los ca- sos de gripe A.
Las explicaciones, ante la evidencia, llegaron en sala de prensa. «A día de hoy existe una presunción importante de gripe A en el equipo», llegó a reconocer el médico, que en todo momento trató con naturalidad y sin alarmismos el «importante proceso vírico» que ha afectado a algunos de los componentes del equipo. Los resultados de las pruebas de diagnóstico certificarán en un plazo de 24 horas si el virus H1N1 se ha instalado definitivamente en el vestuario heliopolitano, donde «otros futbolistas están en proceso de incubación, como Damià, Israel, Nano, Juande o Ricardo».
«Los jugadores no están para ser ingresados, pero tampoco para competir», aclaraba Calero, cuyo informe ha sido empleado por los responsables heliopolitanos para poner el asunto en conocimiento de la RFEF con vistas a un hipotético aplazamiento del Betis-Villarreal B del domingo, en caso de que se confirme el brote de gripe A y las bajas se extiendan.
El equipo castellonense, por si acaso,  ya se ha puesto en manos de la Federación: «Por nuestra parte no hay ningún problema. El club entiende que se trata de unas circunstancias especiales». Y ésta, a través de su portavoz, Jorge Carretero, conminaba a los rectores béticos a «formalizar en tiempo y forma los dictámenes médicos para que éstos lleguen a la federación mediante la LFP». Eso sí, reiteraba que será el Comité de Competición el que «tendrá que tomar una decisión».
Mientras ésta llega, y con el cuerpo técnico «aparentemente sano», en palabras de Calero, Tapia se resigna: «Desde este verano nos ha pasado de todo. Estamos curados de espanto».
 

Tenía 28 años y estaba ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital 9 de Octubre