De mal en peor. El Espanyol se agrieta y carcome conforme transcurren las jornadas. Inició el torneo con un juego señorial, sugerente e incluso punzante. Un gozo para la vista porque jugaba en campo rival, mezclaba en posiciones avanzadas y tumbaba a los rivales. Todo se ha desvanecido. No juega una castaña y el Racing, sin despeinarse y con un fútbol escaso, le sonrojó con cuatro goles. S
e reanimó el equipo cántabro ante el Espanyol , un juguete roto.