kartace

Los esclavos de la panadería de Kartace

El día de las elecciones, cuando todos tenían miedo a las bombas de los talibanes, Abdul Shokon se despertó como de costumbre a las tres de la madrugada. Su trabajo desde hace 20 años es mezclar harina, agua, sal y levadura hasta formar una masa compacta. No necesita pesos ni medidas. Sus dedos conocen de memoria cada movimiento y la presión exacta que deben aplicar sobre la masa para lograr la base perfecta del nan-i-afghani, el pan nacional de Afganistán.

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