«Entonces, ¿ya está todo aclarado y solucionado, verdad? No, ahora el señor Deripaska es más imputado que antes». Esa frase fue el colofón a las más de cinco horas de tensa declaración que prestó el pasado día 12 el magnate ruso Oleg Deripaska ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu y el fiscal Anticorrupción. Ambos viajaron a Moscú para interrogar como imputado al presidente de la primera empresa de aluminio del mundo, Rusal, dueño de una de las grandes fortunas europeas, a quien se investiga en España por blanqueo de dinero. Era la tercera vez que lo intentaban en los últimos ...