recargable

Una sola pila recargable puede sustituir unas 1.000 de único uso

Uno de los componentes más contaminantes de las pilas es el mercurio, que, si no se trata adecuadamente, puede acabar incorporándose a la cadena trófica. También las hay sin este compuesto, pero con otros metales. Sin embargo, y a pesar de que no son pocas las campañas que se han hecho en este sentido, lo cierto es que «en la actualidad tan sólo se recicla entre el 15 y el 20 por ciento de las pilas que salen al mercado en España», según los datos facilitados por la Asociación Española de Recogedores de Pilas, Acumuladores y Móviles.  Y la cifra, a la inversa de lo que sucede con el papel, con los envases y con el vidrio, lleva años sin crecer.
Una de las formas más fácil de reducir esta cantidad de residuos es reducir, la «R» principal. Ello se puede hacer sólo con optar por las pilas recargables. «Cada una de ellas dura unas 300 cargas, según cómo se carguen y se cuiden», explica Carlos Martínez Imaz, responsable de la marca Energizer Iberia- Baterías y Linternas. Pero como «tienen un rendimiento cuatro veces superior al de una pila alcalina corriente, una batería recargable equivale a más de 1.000 pilas de un uso», añade. De modo que si no se pierde, un sola «batería» puede sustituir mil de un único uso y evitar por tanto ese volumen de residuos.

Ahorro económico
Pero además de reducir la contaminación ambiental y el volumen de los residuos, esta opción permite al usuario un ahorro económico. «A corto plazo, las pilas recargables son cuatro veces más caras de media. A medio o largo plazo, son cientos de veces más baratas, 300 veces más baratas si se llega a ese número de cargas», explica Carlos Martínez Imaz.
Por cierto, que algunos cargadores, como el de Energizer, se puede llegar a tardar menos de 15 minutos en alimentar las pilas. Y una vez acabada su vida útil, existen contenedores específicos para estas «baterías», como el de las paradas de los autobuses, donde depositarlas.
 

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