La Ciudad ha oficializado este viernes un nuevo encargo millonario a dedo a la empresa pública Tragsatec -de la que el Estado es principal accionista, poseyendo Ceuta una acción, lo que habilita legalmente a emplearla como medio propio- para el "adecentamiento" de "diversas zonas" de la localidad y para "mantenimiento de servicios básicos".

Sendos nuevos contratos, que aparecen citados en una disposición del Boletín Oficial de Ceuta (BOCCE) ascienden a 2.150.000 euros. En dicha publicación no se especifica cuales son las labores que llevará a cabo la firma, que ahora mismo, en Ceuta, hace prácticamente de todo, desde obra pura y dura, hasta dar clases de natación, atender al público de museos, reforzar la limpieza o redactar proyectos y prestar asistencia técnica.

Lo que sí se refleja en el encargo, firmado por el consejero de Fomento, Alejandro Ramírez, es que su área "no dispone en la actualidad del personal disponible con la competencia profesional necesaria para prestar el apoyo que demanda el presente expediente, dada las funciones específicas que desempeña el servicio a encargar".

Apunta que "el personal disponible para servicios que podrían ser similares a los de adecentamiento, se encuentra desempeñando las funciones correspondientes a las competencias atribuidas a la consejería que presentan carácter medioambiental, además de atender todas las competencias propias del área en materias relacionadas con la limpieza, sin desempeñar en ningún caso, las funciones encomendadas".

Este contrato, al menos la parte de dos millones relativas al adecentamiento, ya se había rubricado con el mismo coste y objetivo durante el año 2003.

Cabe tener en cuenta que en los últimos dos años los encargos directos a Tragsa -en principio justificados en la agilidad que da no tener que sacar todas las actuaciones a licitación- han rondado los cuarenta millones de euros. Sin embargo, los resultados, al menos en rapidez en lo que a obra pública se refiere, no han sido óptimos.