El inminente desmantelamiento de las Brigadas Verdes, cuya plantilla será absorbida por Tragsa, ha destacado la división en la plantilla, las sospechas y la desconfianza. Un grupo de trabajadores sin identificar han denunciado ante la Federación Provincial de Vecinos (FPAV) que se han producido por parte de los gestores “nombramientos de nuevas categorías, así como incrementos salariales, ambos de forma selectiva y en el más absoluto de los secretos”.

“Esta situación ha destapado un escándalo mayúsculo en el seno de las Brigadas Verdes y sus gestores, para favorecer a trabajadores afines como familiares, presidentes de barriadas y los más alarmantes, sindicalistas. Un escándalo mayúsculo de nepotismo

Esto supone una ilegalidad flagrante que se ha producido con alevosía, y que se ha intentado mantener en el más absoluto secreto al resto de los trabajadores”, denuncian en un comunicado, señalando que atendiendo al convenio firmado con la ciudad allá por el año 2017, se añadió una adenda por la cual se prohibía explícitamente cualquier tipo de subida salarial, además la ley contempla que para realizar cualquier proceso selectivo o de promoción interna en una empresa, se debe de realizar con todas las garantías de transparencia, igualdad y méritos.

“Varios de los beneficiados son sindicalistas, miembros pertenecientes al comité de empresa, los cuales son los que deberían de velar y luchar por el cumplimiento de forma escrupulosa por los derechos de los trabajadores y ceñirse a la legislación vigente en estos procesos selectivos. Por lo que estos acontecimientos totalmente ilegales y deslegitiman a este comité a seguir representando a los trabajadores y sus intereses, máxime en un momento tan crucial en el que se están negociando el futuro de este colectivo, ya que ha quedado patente que estos sindicalistas se mueven por sus intereses personales”.