TEATRO

Aladdín, Toy Story, Frozen y el resto de clásicos de Disney conquistan el Revellín en un musical para el recuerdo

Aladdín, Toy Story, Frozen y el resto de clásicos de Disney conquistan el Revellín en un musical para el recuerdo
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Elsa y varios personajes de Frozen, durante el musical ¡Qué festín! / Alejandro Castillo
Grandes y pequeños han disfrutado como pocas veces se recuerdan a lo largo del último lustro de la mano de ¡Qué festín!, una atrevida obra que da vida a algunos de los grandes éxitos de la compañía del ratón Mickey a través de sus respectivas bandas sonoras

Si Old Trafford es el teatro de los sueños, el Revellín bien puede ser el de la fantasía. Dicen que la realidad supera siempre a la ficción. Si lo vivido este 12 de octubre en el céntrico auditorio no cumple con esa máxima, que baje Dios y lo vea (si es que tiene la capacidad de rebobinar o de viajar hacia atrás en el tiempo, claro).

El patio de butacas del Teatro ha sido testigo directo este Día de la Hispanidad de 2023 de un espectáculo como pocos se recuerdan a lo largo del último lustro. La Consejería de Educación, Cultura, Juventud y Deporte prometió hace escasamente una semana que ofrecería a la ciudadanía caballa "el musical de los grandes musicales". Su nombre: ¡Qué festín! La apuesta no podía ser más atrevida. El veredicto final tampoco puede ser más claro: sobresaliente.

Además de las propias butacas, quienes también han sido testigos directos de la obra han sido aquellos que han ocupado estas mismas. La concesionaria del servicio de vigilancia y seguridad del Revellín abría las puertas del recinto poco después de las seis y media de la tarde. Pese a la prematuridad, la antelación de los asistentes era aún mayor. Había, de hecho, quien llevaba guardando cola cerca de una hora, casi como si alguien ajeno a su núcleo familiar le fuese a usurpar su asiento (los seres humanos y sus cosas).

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Un padre y sus dos hijos, antes del inicio del musical ¡Qué festín! / Alejandro Castillo

Quince minutos antes de producirse las campanadas de las siete en punto, la platea presentaba un lleno absoluto; no cabía ni un alfiler. Cientos de padres y otros cientos de niños -disfrazados o sin disfrazar- rebosaban el lugar hasta los topes para presenciar una función de esas que se recuerdan para toda la vida (casi al nivel de una final de Champions).

Los nervios estaban a flor de piel: había ganas y el cuerpo lo sabía. Llegadas las siete de la tarde, las luces se apagaban; los nervios se multiplicaban. Entre gritos, la tramoya hacía correr las cortinas del escenario para desvelar a los presentes el decorado que reposaba sobre este: un vistoso castillo de pladur cuya iluminación y efectos irían cambiando a lo largo del desarrollo.

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El Teatro Auditorio del Revellín, durante la representación de ¡Qué festín! / Alejandro Castillo

Abierta la veda, hacían acto de presencia sobre las tablas del auditorio dos de los personajes más icónicos y conocidos del mundo Disney: Lumière y Din Don. El candelabro y el reloj de La bella y la bestia se exhibían entre aplausos ante un más que entregado público para terminar desvelando a este de manera casi implícita que su rol sería el de narradores: el uno, con su característico acento francés; la otra, haciendo gala en todo momento de sus constantes despistes.

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Din Don y Lumière, de La bella y la bestia, durante la representación de ¡Qué festín! / Alejandro Castillo

La primera de las películas en ser representada era la propia La bella y la bestia. De fondo, el Bella y bestia son hacía suspirar -como dice la propia canción- a grandes y pequeños; todo ello, en medio de un juego de luces que dejaba ojipláticos -sin excepción- a la totalidad de los concurrentes.

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Representación de La bella y la bestia durante el musical ¡Qué festín! / Alejandro Castillo

Coco y sus catrinas mexicanas seguían la estela de sus predecesores en lo que a espectacularidad se refiere. Lo hacían a ritmo de Un poco loco, el tema central de la banda sonora del filme, compuesto este por Luis Ángel Gómez Jaramillo y Gael García Bernal.

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Representación de Coco durante el musical ¡Qué festín! / Alejandro Castillo

Buddy y varios juguetes del elenco de Toy Story tomaban el relevo sobre las tablas del Revellín a Miguel y sus amigos pocos minutos después de que estos últimos pusieran el broche a su actuación. Buzz Lightyear, Rex, Mr. Potato y el propio vaquero entonaban el célebre Hay un amigo en mí para el deleite exclusivo de los presentes (periodistas incluidos).

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Buddy y varios juguetes de Toy Story, durante el musical ¡Qué festín! / Alejandro Castillo

Vaiana, Frozen, Aladdin, El rey león, La sirenita y Pocahontas servían el postre de lo que ha sido un musical verdaderamente fastuoso y sin lugar para el aburrimiento; si no, que se lo digan a los más de 500 espectadores que lo han presenciado de cabo a rabo y sin rechistar. Al final, ¡Qué festín! ha acabado siendo eso: un festín, pero no de comida, sino de risas y entretenimiento.

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Jafar y varios personajes de Aladdin, durante el musical ¡Qué festín! / Alejandro Castillo

Aladdín, Toy Story, Frozen y el resto de clásicos de Disney conquistan el Revellín en un musical para el recuerdo


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