El Gobierno que preside Pedro Sánchez lo vendió como una herramienta democratizadora, una que empoderaría a los jóvenes, una que permitiría a estos aproximarse a la órbita de esa cultura que, a veces, se antoja algo distante. Se pusieron en marcha dos campañas: para la primera, se presupuestaron nada menos que 112 millones de euros; en la segunda, la inversión superó con creces los 200. En suma, ambas cifras resultan en el mareante monto de 322.000.000. Sí, en apenas año y medio; no es moco de pavo.

En Ceuta, las partidas dispuestas por Moncloa fueron de 455.200 y 464.400 euros, respectivamente. La idea, en ambos casos, era que se beneficiasen de la iniciativa más de un millar de ceutíes. El único requisito -el único de peso- era cumplir la mayoría de edad en algún momento del año entonces en curso. Pese a lo meteórico de las dos asignaciones y al titánico esfuerzo de las autoridades por promocionar el novedoso Bono Cultural Joven, nunca se llegaron a agotar los fondos. De hecho, ni siquiera se estuvo mínimamente cerca de ello (ni en una ventana ni en la otra).

Una vez activado el cheque, los beneficiarios disponían de 365 días (a contar desde el momento exacto en el que se hubiera efectuado la concesión) para hacer uso del saldo de 400 euros que este contenía. La condición era una y solo una: había que gastar el dinero en productos y servicios -físicos y digitales- de índole cultural, a saber: libros, videojuegos, entradas de cine y teatro, discos de música, pódcasts...

A fecha de febrero de 2024, casi medio año después de que el actual Ministerio de Cultura pusiera el broche a su segundo (y ambicioso) plan de difusión, cabe preguntarse: ¿triunfó en Ceuta el Bono Cultural Joven? Lo cierto es que la Delegación del Gobierno ha evitado siempre expresarse en esos términos. El organismo que, hasta hace unos meses, encabezaba Rafael García se ha limitado en cada convocatoria a hacer público el número de solicitantes y ya; solo eso y nada más que eso.

Según los datos que maneja la entidad con sede en la céntrica plaza de Los Reyes, un total de 659 adolescentes se beneficiaron del bono en 2023 una vez tramitadas todas las instancias. Para situarnos: el montante supuso un 56,76% de la población objetivo, cifrada entonces por parte del Instituto Nacional de Estadística en 1.161 personas.

En 2022, la misma suma que en el 23 rozó el 57% apenas superó los 36 puntos porcentuales. Tanto en un año como en el otro, la falta de acogida fue tal que el Ejecutivo central se vio 'forzado' a ampliar el plazo de solicitud en algo más de un mes; ello, en un aparente intento por captar a más jóvenes deseosos de cultura.

El pasado noviembre, Delegación optó por sumar los números obtenidos al cierre de ambas campañas para, así, intentar hacer creer a la ciudadanía caballa que la iniciativa sí que gozó de aceptación, pero... Nada más lejos de la realidad. Si bien es cierto que se produjo un notable incremento en el monto de demandantes de este último año con respecto al registrado en 2022, el Bono Cultural Joven no parece haber cumplido las expectativas de Madrid. No, al menos, en la ciudad autónoma; tampoco en otras muchas zonas del país.

A pesar de haber quedado fuera del podio de regiones con peores datos de adjudicatarios, Ceuta quedó aún más lejos del ranking de aquellas en las que el alcance del Bono sí que podría catalogarse como 'éxito'. A este respecto, cabe reseñar que fue Navarra el territorio que gozó de mayor acogida. Allí, en la comunidad foral, se beneficiaron del cheque dos de cada tres ciudadanos de dieciocho años. Por detrás, se sitúan Castilla y León y la Comunidad de Madrid, con porcentajes de 64,10 y 63,56 puntos, respectivamente.

Las métricas, desde luego, dejan poco margen para la interpretación, pero nunca está de más contar con una segunda opinión. Dicho esto, la pregunta es para ti: ¿crees que Pedro Sánchez ha acertado en Ceuta (y en toda España) con el Bono Cultural Joven?