MÚSICA

Cuarenta y dos quijotes, más de viento que de molinos

Cuarenta y dos quijotes, más de viento que de molinos
Un momento de la actuación de los alumnos de los conservatorios de Ceuta y Albacete.
Un momento de la actuación de los alumnos de los conservatorios de Ceuta y Albacete.

Los alumnos del conservatorio de Albacete participan en un intercambio en Ceuta, sorprendidos con la "gran acogida" y ya "hermanos" de los músicos locales: "La idea que tenían de la ciudad venían de las noticias de los medios y se han encontrado con una sorpresa inesperada"


En la boda de un arjonero -pueblo de la provincia de Jaén- sus amigos músicos de Ceuta y Albacete propusieron una idea más propia de "despedida de soltero". ¿Y si movemos a los alumnos de ambos conservatorios para convivir y actuar en la ciudad de los otros? Dicho y hecho, cuarenta y dos vecinos de la tierra de Don Quijote se trasladaron a Ceuta y, en la tarde de este miércoles, actúan en el Teatro del Revellín.

Salieron de Albacete poco antes de las once de la noche del pasado viernes, comandados por Francisco José Casado, quien fuera profesor en el Conservatorio de la ciudad autónoma durante un año, antes de irse con su música a La Mancha y el hombre cuya boda originó un encuentro único al lado africano del Estrecho, que luego concretaría la secretaria del centro ceutí, Susana Huertas.

La expedición -formada por 42 personas entre alumnos, padres y profesores- piso suelo ceutí a las ocho de la mañana del sábado. A partir de ahí, según relatan tanto el jienense como, Javier Marfíl, jefe de estudios del conservatorio de Ceuta, Rafael Hernández, profesor de banda y trompeta y Ezequiel González, profesor de orquesta, todo ha ido sobre ruedas. Sobre todo gracias a haber esquivado el temporal y las manifestaciones de los agricultores, que podían haber convertido en imposible la misión.

Un momento de la actuación de los alumnos de los conservatorios de Ceuta y Albacete.
Un momento de la actuación de los alumnos de los conservatorios de Ceuta y Albacete.

Al llegar, todo fue "una muy grata sorpresa" y más cuando los albaceteños "sabían de Ceuta solo por las noticias de los medios, que no suelen ser muy positivas", cuenta Casado.

La impresión, sin embargo, no pudo ser mejor. "Estuvimos gestionándolo y todos los alumnos se quedan en casa con las familias de los niños de aquí y sus padres, los que vinieron, se van de hotel. Eso hace que estrechen lazos, sobreponiéndose al pudor inicial de conocer a gente nueva que viene de tan lejos y logrando que ya sean casi hermanos", coinciden tanto ceutíes como manchegos.

En estos días, gracias al autobús fletado por la Ciudad, a la que agradecen todas las facilidades, han podido visitar en profundidad la localidad, quedando especialmente maravillados "con el Monte Hacho y el mirador de Isabel II".

Pero no todo ha sido ocio, más bien al contrario. Los alumnos, la mayoría en una horquilla entre los doce y los dieciocho años, han ensayado duramente: "Se nota la piquilla por dejar el pabellón bien alto", bromea Marfíl al respecto.

Un momento de la actuación de los alumnos de los conservatorios de Ceuta y Albacete.
Un momento de la actuación de los alumnos de los conservatorios de Ceuta y Albacete.

Uno de esos ensayos tuvo un componente especial, poder disfrutar del amplio y coqueto espacio arquitectónico que ofrece el patio del Casino Militar. "El primer día tuvimos que dividir viento y cuerda -justo el concepto contrario al de la actuación de esta tarde- en las dos aulas de las que disponemos. Al día siguiente, el coronel jefe José Moro y el general Manuel Martínez nos prestaron el patio del Casino Militar, que es muy amplio y un espacio espectacular para un largo ensayo conjunto".

Todo lo practicado se concretará en la tarde de este lunes en una actuación en el Teatro Auditorio del Revellín, en la que el público disfrutará temas de la película Harry Potter, pero también de Beethoven (no el perro) o la Sinfonía del Nuevo Mundo de Dvorak.

"Han dejado el pabellón muy alto", reconoce Casado sobre su visita a Ceuta, con la mirada puesta ya en la última semana de abril, cuando los caballas visiten Albacete: "A ver si podemos igualarlo".

Cuarenta y dos quijotes, más de viento que de molinos


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