Y, por fin, llegó el día; por fin llegó ese día del año que todo carnavalero de bien tiene marcado en rojo hasta en su calendario de bolsillo: ese mismo día en el que Ceuta saca a relucir su lado más fiestero (con permiso del viernes de feria). Si Old Trafford es el teatro de los sueños, el Revellín bien puede ser el de la fantasía. El céntrico auditorio ha vuelto a hacer las veces de escenario -y ya van unas cuantas- de un evento de esos que tienen más que simple gancho; mucho más que mero tirón. Nos referimos, por supuesto, al célebre Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas.

Dicen que lo prometido es deuda. La Consejería de Educación, Cultura y Juventud prometió -como cada curso- que habría cachondeo a raudales. Si el área que encabeza Pilar Orozco no ha cumplido, que baje Dios y lo vea. Ya le adelantamos que, de venir a Ceuta, se va a encontrar con una multitudinaria fiesta.

El patio de butacas del Revellín ha sido testigo directo este borrascoso 10 de febrero de una tradición que ni siquiera uno de los mayores temporales de nuestra historia reciente ha podido tirar por tierra. Además de esas afortunadas butacas, quienes también han sido testigos directos de ese jolgorio que acostumbra a ser el COAC han sido aquellos que han ocupado estas mismas durante las casi seis horas que ha durado el acto.

La concesionaria del servicio de vigilancia y seguridad del teatro abría las puertas de este último poco antes de las siete y media de la tarde. Pese a la prematuridad, la antelación de los asistentes era aún mayor. Había, de hecho, quien llevaba guardando cola cerca de una hora, casi como si alguien ajeno a su núcleo familiar le fuese a usurpar su asiento (los seres humanos y sus cosas...).

Quince minutos antes del repicar de campanas de las ocho en punto, la platea del recinto estaba llena hasta la bandera; también los palcos. Según han informado desde la Ciudad, ha habido sold out: "Se han vendido todas las entradas". Cientos de mayores y otro buen puñado de menores -disfrazados o sin disfrazar- hacían rebosar el lugar hasta los topes para presenciar un espectáculo de esos que se recuerdan para toda la vida (casi al nivel de una final de Champions).

Los nervios estaban a flor de piel: había ganas y el cuerpo lo sabía. Llegadas las ocho y cinco minutos, las luces se apagaban; los nervios se multiplicaban. Entre alaridos, hacía su entrada en escena el gustoso encargado de conducir la ceremonia: Víctor Fernández, otro carnavalero de pro.

El jurado de este 2024 ha estado compuesto por cinco individuos de sobra experimentados en eso de valorar rimas y ritmos de turuta. Su presidente y principal cabeza visible ha sido el afamado José María Vergara. Bajo su dirección, José Luis Alcázar, Pedro Villarrubia, Luis Jiménez y Rafael Pérez han asumido el rol de vocales.

Lo marcan los cánones; lo dicta la costumbre: lo primero ha sido la entrega de las Caballas de Oro. Este año, los galardonados han sido Miguel Ángel Gil, Rafael Domínguez y Jesús Vázquez, tres conocidos creadores del gremio que han visto reconocida vía pin su incansable labor en aras del Carnaval ceutí.

Dispensados los premios, el pregonero del acto daba paso al jolgorio. En medio del murmullo, la tramoya hacía correr las cortinas del escenario. Allí estaban: 'Los niños de los chirigoteros y comparsistas'. El nombre no dejaba lugar a la interpretación; eran eso: niños. Ojo: no unos niños cualquiera; unos especialmente rebosantes de júbilo; unos con muchas ganas de demostrar por qué merecían ser tenidos en consideración a la hora de dibujar el podio.

"Hacía mucho tiempo que Ceuta necesitaba cantera", reconocía el relator. Como suele decirse, 'dicho y hecho'. Pese a la etiqueta de 'comparsistas', los críos se han decantado por el formato chirigota. Su letra y su música llevaban la rúbrica de Paco Pino; su dirección, la de la de hija de este: la jovencísima Belén Pino.

"Se las dan de artistas", advertía el presentador. Se las dan por un buen motivo: lo son. El público parecía estar de acuerdo: gritos, aplausos, vítores... Nada llevaba a pensar que no fuese así. "A ver, mi gente: ni una palabrota, que están los padres pendientes", voceaba uno de los catorce integrantes. "¡Darles un premio a estos niños!", lanzaba a los cuatro vientos alguien desde lo más alto del patio de butacas.

Recogían el testigo los amigos de 'Pa' Raphael tú, Rafa yo: la vida de un ególatra', una chirigota de la que lo primero que saltaba a la vista era la impecable puesta en escena. Parte de su letra ha centrado el tiro en el 'caso EMVICESA'; también, en Pedro Sánchez y "su ego". "Se piensa que somos borregos", ironizaban los carnavaleros. Hasta la Cuna de la Legión ha tenido cabida: "Con tanta gente, va a reventar; va a hacer falta una cama de matrimonio".

"Pasamos de chirigota a comparsa", anunciaba el pregonero. Era el turno de 'Las devotas'. "¡Vamos, mis niñas!", animaba un espectador anónimo. La música al son de la que ha bailado esta joven agrupación tenía la firma de Álvaro Gómez. Su ritmo era algo más pausado que el de sus dos predecesoras; sus mensajes, algo más serios y sentidos que los de estas mismas.

Llegaba el turno uno de uno de los platos fuertes de la gala; la chirigota que, a buen seguro, más simpatías ha acabado despertando entre quienes había en la platea: 'Me faltan dos'. Si la escenografía de 'Pa' Raphael tú, Rafa yo' ya era buena, lo de este equipo estaba, directamente, a otro nivel.

El telón de fondo era un bingo, uno realmente conseguido, uno al que no le faltaba un solo detalle. "Esto sí que es una chirigota", gritaba un asistente. Era en este punto de la noche donde la crítica social y la sátira llegaban a su cénit: paro, pobreza, fracaso escolar... Todo eso y mucho más ha encontrado acomodo en una letra en la que el nombre de Eduardo Ayala ha sonado en hasta tres ocasiones. El pretexto: su carnet de Guardia Civil de atrezo, ese mismo que, hace ahora cinco meses, le costó un susto patrocinado por la Dama de la Justicia.

"Ceuta, una ciudad de cuatro culturas que no pasan por su mejor momento, cuando la convivencia ha sido siempre el mayor de nuestros fundamentos", lamentaban desde el sarcasmo los presentes en el escenario, que sacaban a colación, incluso, el 'piquito' que Luis Rubiales robó a Jennifer Hermoso tras proclamarse esta campeona del mundo con la Selección: "¿Como que 'Rubiales'? Si el tío está calvo...".

Sorprendían a todos con su brevedad, pero más aún con su desparpajo: 'Los lengüetas' se subían a las tablas cargando a sus espaldas con el crédito que les ha conferido el hecho de haber alcanzado los cuartos de final en el COAC gaditano; una auténtica proeza. Sobrio, austero, oscuro: así era el escenario elegido por la que, a la postre, se ha coronado como la mejor comparsa del año a instancias de los más entendidos.

La verdad, no hacía falta más; no eran necesarios grandes dispendios. Nunca hacen falta cuando el talento se impone casi por la fuerza a todo lo demás. Los presentes lo sabían; sabían que estaban asistiendo a un espectáculo que no muchos han tenido ocasión de presenciar in situ; sabían que tenían ante sus ojos un verdadero tesoro cultural.

Cabe mencionar que lo de la brevedad tiene explicación. La actuación de 'Los lengüetas' fue inicialmente concebida para su representación en el Falla. Allí, en el Gran Teatro de Cádiz, las agrupaciones que cada año concurren al Concurso de Carnaval han de ceñirse a un tiempo concreto que, en ningún caso, ha de superar los treinta minutos de reloj; así debía ser y así ha acabado siendo.

Cuando el que escribe estas líneas creía haberlo visto todo en la vida, van los compañeros de 'Una chirigota completa' y hacen del célebre campero ceutí (no del malagueño) eje principal de su función. El marco: una bocatería. Su cocina, más bien. Entre fogones, una cuadrilla de planchistas entre los que había rostros tan conocidos como el del actual hermano mayor del Rocío, José María Sánchez.

Su pretensión era llegar en el medidor de carcajadas al mismo nivel que lograba instantes previos 'Me faltan dos' por méritos más que propios. En un primer momento, parecía que lo original de su propuesta serviría para completar la mitad del trabajo. La otra mitad para llegar hasta el final del camino hacia el éxito la pondrían las constantes referencias a Juan Vivas y al resto de políticos del actual arco parlamentario. El público dictaba sentencia: objetivo conseguido.

El cupo foráneo lo acaparaban en su totalidad los componentes de 'No le doy más vueltas, que me caliento'. "Vienen de Algeciras; los hemos adoptado", bromeaba el conductor, que revelaba que, tras su paso por la aduana, los muchachos "han estado a punto de cantar sin atrezo". Si le echas un ojo a la siguiente foto entenderás por qué.

El ambiente era el propio de una pollería de barrio. Como en toda pollería que se precie, había pollos, patatas, croquetas y hasta cubos rebosantes de salsa alioli. Si te lo has perdido, lo sentimos mucho por ti; era verdaderamente digno de ver. Recuerda: siempre te quedará YouTube.

Los gustosos encargados de poner el broche al evento eran 'Los medio Grammys'. Parecía impensable que artistas de tanto renombre como Rosalía, Shakira y Leticia Sabater aterrizasen alguna vez en nuestra salada tierra. Por suerte para los más culturetas, los sueños se cumplen. El problema es que, a veces, estos no lo hacen como a uno le gustaría...

No lo vamos a negar: las versiones de las cantantes arriba citadas lucían algo desvirtuadas. La expareja de Gerard Piqué, por ejemplo, no solo tenía barriga, sino que, además, parecía llevar largo tiempo sin pasar por una camilla de depilación. Ahora bien: tampoco le hacía falta; nada de eso ha sido necesario para que 'Shaki' y el resto de mujeres se ganasen el favor del público.

Las actuaciones llegaban a su fin y, con ello, la masa de espectadores abandonaba el Revellín (por obligación, no por gusto). Llegaba, así, el momento que todos los concurrentes estaban esperando: el fallo del jurado. A pesar de haberse hecho de rogar, estaba llegaba; llegaba en tiempo y forma.

No era nada fácil decidir; el buen hacer de las agrupaciones hacía que fuese realmente complicado. Al final, la balanza se ha terminado decantando por pequeños detalles. En la modalidad de chirigotas, la corona ha sido para 'Me quedan dos'; en la de comparsas, para 'Los lengüetas'. Los segundos puestos de cada categoría se los han agenciado, respectivamente, 'Una chirigota completa' y 'Las devotas'.