A pesar del resultado final, no fue un partido nada fácil para los ceutíes, que tuvieron que emplearse a fondo para situarse por delante tras el primer cuarto. A diferencia de lo sucedido el sábado ante el Dos Hermanas, los jugadores caballas salieron totalmente metidos en el partido, y un rápido movimiento de pases propició que tras lo ocho primeros minutos se situasen con un 3-2 a favor que les proporcionaba la primera ventaja del encuentro y que encaminaba la posible victoria de los ceutíes.

Durante el segundo parcial continuó la tónica del partido. Mientras que los de Ríos mantenían el control de la pelota los madrileños buscaban el empate con tímidos contragolpes que eran frenados por la defensa ceutí, que en esta ocasión estuvo férrea y sin dar espacios. Así, y a pesar de que el equipo echó en falta algo de acierto goleador, el 3-0 conseguido en este parcial situó un cómodo 6-2 con el que se llegó al descanso y dejó el partido muy encarrilado.

En el tercer tiempo el Pozuelo, sin embargo, salió con más empuje. Los madrileños, con rápidos pases verticales, comenzaron a hacer daño a los ceutíes, que continuaron manteniendo el dominio de la pelota, consiguiendo un empate a cinco goles que les permitió llegar al último cuarto con cuatro tantos de diferencia. Así se llegó al final con emoción aunque con ventaja para el equipo de Ceuta.

Ya en el último parcial el desgaste físico se hizo presa de los madrileños, algo que fue aprovechado por los ceutíes para rematar la faena con un 4-2 que completó el 15-9 con el que finalizó el choque.

 Un buen resultado para los ceutíes, el bronce, que vuelve a dejar al Caballa a las puertas de la gloria pero que refleja el buen trabajo de los técnicos del equipo en la mejoría del nivel de los absolutos y la cantera.