Ha sido el segundo de los muchos actos programados por parte de la Policía Nacional con motivo del bicentenario del episodio fundacional del Cuerpo: un saque de honor. Ojo: no uno cualquiera; uno en el Alfonso Murube, bajo la atenta mirada de varios miles de aficionados caballas.

El acto central -el del arriado de bandera institucional- tuvo lugar en el día de ayer. Veinticuatro horas después de este, la Directiva del club ha tenido la gentileza de acoger en la casa del equipo blanco a un puñado de agentes de los muchos que integran la Jefatura Superior de nuestra salada tierra.

Ha sido antes de que el colegiado decretara el inicio del partido que ha enfrentado este 14 de enero al Ceuta y al Málaga Club de Fútbol. Momentos antes del mediodía, llegaban al Alfonso Murube Francisco López Gordo y Pedro Ferrer. A estos, les acompañaban varios funcionarios de la propia institución.

A las doce menos cinco minutos, ambos conjuntos saltaban al terreno de juego. Se hacía primero la foto del once inicial el cuadro visitante; inmediatamente después, los nuestros hacían lo propio. Tras el sorteo, el árbitro de campo cedía el balón con el que se ha jugado el encuentro a una policía que permanecía sobre el verde frente a una marabunta de medios gráficos.

La agente controlaba brevemente la pelota antes de cedérsela al compañero que estaba a su lado. Luego de un par de toques, este último pegaba un punterazo que transportaba el cuero a unos pocos metros de distancia. Quedaba efectuado, así, el relatado saque de honor; la lucha por los tres puntos daba comienzo.