Seis de cada diez parados tienen baja o muy baja cualificación, y un gran número de ellos no tiene formación alguna, un escenario que explica que más de la mitad, exactamente seis de cada diez de los contratos firmados en Ceuta en la última década fueran de trabajadores no cualificados. La mayoría sin ni siquiera la educación primaria. Condenados al trabajo precario.

Una circunstancia que subraya el informe sobre el mercado laboral encargado al catedrático de Economía Aplicada Joaquín Aranda por el Gobierno como base para la Mesa por el Empleo. Una baja cualificación de los recursos humanos de Ceuta que, aunque no es precisamente novedosa, le resultó “sorprendente” a la consejera de Economía y Hacienda, Kissy Chandiramani. Y no le falta razón: no por sabido deja de ser sorprendente.

Según el Observatorio de las ocupaciones 2017, del Ministerio de Empleo, el nivel formativo más representativo de los demandantes parados en Ceuta “sigue siendo” sin estudios o estudios no acreditados, que reúne el 31,99 por ciento de los parados, casi un tercio. En todo el territorio nacional, los parados sin estudios representan el 8,82. “Es significativo volver a destacar que en Ceuta el 62,16 por ciento de los demandantes parados se concentran en los tres niveles formativos más bajos, es decir, no cuentan con la titulación mínima obligatoria, circunstancia que les dificulta su inserción en el mercado laboral. A partir del nivel formativo de ESO con titulación, el porcentaje de parados provinciales descienden considerablemente y si lo comparamos con la representatividad que tiene cada nivel”.

Baja, en ocasiones bajísima cualificación que tiene su reflejo en la actividad económica, atada al sector servicios y al empleo precario y eventual. El 48,39 por ciento de los contratos firmados en 2016 lo fueron por personas con nivel formativo de ESO, con o sin titulación; apenas 323 contratos más que el año anterior, porcentaje algo inferior al que se da en todo el territorio nacional que asciende al 49,46. Destacar que las contrataciones a personas sin estudios representan el 15,19 por ciento de los contratos registrados en Ceuta y han anotado una variación interanual positiva del 13,61 por ciento, la más elevada de todos los niveles formativos. Un repunte que se explica por la contratación de los Planes de Empleo contabilizados como un puesto de trabajo al uso. A nivel nacional, los contratos a personas con este nivel formativo representan el 10,70 por ciento.

FP sí, universitarios no

Los datos del Ministerio de Empleo dan fe que, en tiempos de remontada tras la crisis, cobra importancia la formación, en especial la formación profesional, el único capítulo con reservas de optimismo. Ascienden notablemente las contrataciones a personas con titulación de Formación Profesional, tanto de grado medio como superior, suponiendo el 14,04 por ciento del total de contratos provinciales.

La paradoja se esconde en que no solo los desempleados sin formación lo tienen muy difícil para encontrar su hueco en el mercado laboral sino que también siguen descendiendo las contrataciones a titulados universitarios tanto de ciclo medio como de segundo ciclo: 22,72 y 6,72 por ciento respectivamente; aunque aumentan respecto al año anterior las contrataciones con la titulación E.E.E Superior, 9,60 %.

El perfil del parado sin formación es sobre abrumadoramente masculino. Los niveles en que más destacan los hombres son los de ESO sin título y ESO con título, en los que representan el 62,64 y el 62,85 por ciento respectivamente, mientras las mujeres sobresalen en Universitarios de ciclo medio, nivel en el que suscriben el 75,66 por ciento de las contrataciones, en Universitarios de segundo ciclo en el que firman el 65,78 por ciento y E.E.E superior, en el que registran el 76,55 por ciento de los contratos.

“Tengo la ESO, lo tengo todo”

Un panorama que conocen bien en la Oficina de Orientación al Empleo y Autoempleo del SEPE y que gestiona UGT en Ceuta. Es su día a día. “Tengo todos los estudios, tengo la ESO, te dicen muchos”, explican los técnicos de OPEA, “con eso se dan por realizados”.  En cuanto pueden, dejan de estudiar, apuntan desde OPEA y se incorporan al mercado laboral. “Pero sin formación solo puedes aspirar a un trabajo precario”, advierten

Desempleados sin estudios y sin experiencia laboral a los que intentan reconducir hacia ciclos formativos, una posibilidad que habitualmente rechazan. Buscan cursos del SEPE que puedan garantizar un hueco en el Plan de Empleo. “Pero lo primero que te preguntan es si el curso está remunerado”.