Pese a que la educación primaria y secundaría debe ser totalmente gratuita, según el sindicato utilizando lo que califican como “artimañas y subterfugios” los alumnos se ven obligados a abonar cantidades monetarias para lo que llaman actividades complementarias y extraescolares, dudando el sindicato de la legalidad de este planteamiento, ya que estas actividades deben aparecer en la programación general anual del centro.
"El resultado es que tratándose de enseñanza financiada con fondos públicos y, por tanto, gratuita, en realidad todos los alumnos pagan".
El sindicato se pregunta si los profesores cobran dos sueldos, uno procedente de fondos públicos y otro del propio centro y si se da el caso si tienen concedida la compatibilidad.
Según informa el sindicato, los alumnos cuyos padres deciden no hacer frente a ese pago voluntario son sometidos a “torturas sicológicas”, se han denunciado casos de alumnos que “han sido marginados por no participar en esas actividades siendo presionados y acosados hasta que deciden abandonar el centro educativo".
"Marginado a los alumnos de determinada actividades, a los que no se ha dudado en señalar ante sus compañeros estigmatizándolos sin tener en el menor reparo en causar daños psicológicos de cierta consideración (es fácilmente comprensible entender el impacto que causa a un menor de 7 años decirle públicamente “tu esto no lo haces porque tu padre no paga”). Asuntos de funcionamiento ordinario, como la entrega de notas, también sufren alteraciones en función del “pago voluntario” (se han llegado a producir casos en que la Policía Local ha tenido que acompañar a los padres para que les entregaran las notas). Se discrimina a los alumnos en la organización y celebración de actividades deportivas, y un largo etcétera".