Cuando las aguas parecían haberse encauzado, o mejor, cuando la porquería que reinaba en los colegios parecía haberse tirado a la basura, llegó ayer la consejera de Educación y, a la vista de los resultados, ensució un poco más el ya de por sí desordenado patio escolar. Sus palabras negando queja alguna sobre la limpieza de los centros y negando legitimidad al sindicato con mayor representatividad entre los docentes no han caído en oídos sordos y Comisiones Obreras ha puesto este miércoles los puntos sobre las íes.

El sindicato le recuerda a la consejera su “responsabilidad” de forma “directa y exclusiva, por ley” sobre la limpieza de los colegios y por tanto su atribución para “garantizar la calidad del servicio por sus propios medios”. “Esta responsabilidad no se puede delegar, ni en la empresa concesionaria, y mucho menos, en los directores de los centros educativos”, reprocha el sindicato las palabras de Deu.

El sindicato cree que si se quiere comprobar la calidad del servicio, calidad que consideran bajo mínimos, el Gobierno lo tiene fácil, sería suficiente con girar visita a los colegios y no exigir a los directores que hagan sus funciones y además las de inspector de calidad de la administración local.

“¿No pretenderá el Gobierno que los Directores de los centros se dediquen a hacer de inspectores de la Ciudad? ¿Para qué cobran sueldos millonarios las decenas y decenas de cargos de toda índole que pululan por la administración sin ton ni son? Los Directores de los centros tienen otras funciones. No son inspectores al servicio del Gobierno de la Ciudad para sacarle a éste las castañas del fuego”, sentencia Comisiones Obreras.

Comisiones combate también la externalización del servicio, decisión tomada por el Gobierno y le pide que asuma “las consecuencias que de su decisión se derivan”.

Por si a estas alturas de la trifulca quedaban dudas sobre si los colegios están limpios o no el sindicato lo deja claro: “El Pliego de Condiciones aprobado se incumple, de manera flagrante y clamorosa, ante la incomprensible indulgencia del Gobierno. El número de efectivos adignados a los colegios no se acerca, ni de lejos a lo convenido en el contrato”.

Pero que nadie se asuste, los escolares ceutíes no acuden a formarse como personas a antros llenos de suciedad y escombros: “La única realidad es que los colegios se mantienen limpios gracias a la profesionalidad del colectivo de limpiadoras que, trabajando más horas de las que cobran y en unas condiciones de sobreexplotación intolerables, hacen un esfuerzo admirable para que los centros mantengan una aspecto decente. Este esfuerzo no está ni pagado, ni reconocido por la administración a la que sirven, que ni se ocupa de sus problemas ni del servicio que presta”, reivindica el sindicato.

Un último matiz, la respuesta no está firmada por la federación de Enseñanza, sino simplemente por Comisiones Obreras, lo que le otorga a la nota el respaldo de todas las federaciones y de la globalidad de la central.

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