El clima acompañaba; el ambiente era propicio para el jolgorio; todo estaba más que dispuesto para echarse a la calle y disfrutar. Y a disfrutones, no nos gana absolutamente nadie (ni siquiera el chirigotero más fiestero del Carnaval de Cádiz).
Si lo de reunirse en Nochebuena es tradición casi desde que el hombre es hombre, lo de irse de comilona antes de verle la cara a tus suegros bien puede ser considerado algo folclórico. Lo es en prácticamente todos los rincones de España; en Ceuta, también. ¿Acaso tenías dudas?
Había ganas y el cuerpo lo sabía. Siempre las hay por un motivo básico, elemental: la 'Tardebuena' constituye cada año una ventana única para estrenar modelito y posturear un poco en redes sociales; hace tiempo que lo de juntarse con los amigos pasó a un segundo plano.
Ni el (mucho) dinero gastado en regalos ni el hecho de estar a final de mes suponen nunca una traba para todos esos 'tapeadores' de pro que ven en el 24 de diciembre una jornada perfecta para darse a la comida (casera o precocinada; eso da igual). Los excesos en estas fechas tan señaladas son siempre muchos, sí, pero, ¿qué más da cuando te puedes apuntar al gimnasio en enero?
Hace seis años que la Nochebuena no caía en domingo. Siendo el contexto el de un día no laborable, los bares, restaurantes y terrazas rebosaban hasta los topes. Si has estado por ahí, coincidirás de pleno con el que escribe estas modestas líneas; no cabía ni un alfiler. En muchos lugares, el lleno resultaba hasta asfixiante.
Daba igual que hubiera sobreaforo o que tu jefe estuviese sentado en la mesa de al lado: la cuestión era salir y darlo todo; no había excusas. Aunque siempre hay quienes se recogen pronto, las caras de profunda felicidad hacían presagiar que la mayoría de los ceutíes que hoy han tomado las calles pospondrán -aunque sea momentáneamente- lo de volver a casa.
Es bastante probable que este sincero mensaje te llegue algo tarde, pero, por lanzarlo, que no quede: no tardes en presentarte en la cena familiar; tu suegra te está esperando con una batería de preguntas (pobre de ti como no las respondas estando sobrio...).