El pueblo gitano está de farra. La comunidad que agrupa a los ceutíes de origen romaní ha celebrado este desértico Sábado Santo el Día Internacional que conmemora su cultura y su identidad. Lo ha hecho a través de una multitudinaria fiesta en la que, como es costumbre, las risas y el alborozo han adquirido un papel protagonista.
El lugar elegido para dar rienda suelta al jolgorio ha sido la nueva y flamante sede de la Asociación Socio-Cultural que congrega a los gitanos de nuestra ciudad, sita en el número 1 de la siempre concurrida calle Millán Astray, en el local que, antaño, fue base de operaciones del célebre restaurante Casa Ángel.
Tras un populoso y apetecible banquete que ha devenido en una placentera sobremesa, los presentes en el lugar se han entregado a la juerga como si no hubiese un mañana. Micrófono y guitarra en mano, El Húngaro, Yoni Sonsonete y Kike Salazar -artistas invitados- han hecho las delicias de los asistentes a golpe de bulería.
Grandes y pequeños han bailado y cantado hasta desgañitarse durante toda la tarde en medio de un clima de júbilo como pocos se recuerdan; todo ello, bajo la atenta 'mirada' del símbolo cíngaro por antonomasia: la bandera gitana.