Para atajar un problema, especialmente si resulta "tabú", hay que hablar de él. Sucede con el abuso sexual a menores. Por eso, los asistentes a la formación ofrecida esta mañana por la Fundación Márgenes y Vínculos para la prevención, detección y actuación de este tipo de violencia en la infancia y adolescencia han compartido sus propias experiencias, realizado casos prácticos y debatido de la mano de las psicólogas Marta Pérez y Águeda Aguilar.

Una jornada de aprendizaje que para personas que trabajan con menores, como es el caso de Mari Ángeles Arrabal, directora técnica en la Federación de Gimnasia, "no es que sea importante, es que debería ser obligatoria".

La aceptación es clara por parte de las entidades, afirma Pérez, quien recuerda que las leyes están "avanzando hacia Barnahus (Casa de los Niños en islandés)", un modelo de atención integral donde todos los departamentos que intervienen en un caso de abuso sexual infantil o adolescente se coordinan y trabajan bajo el mismo techo para atender a la víctima, que de este modo "solo tendrá que pasar por una puerta".

Son cursos "interesantes", admite Arrabal, en su caso porque la gimnasia es un deporte que "exige contacto corporal", por lo que contar con las herramientas necesarias para identificar posibles casos de abuso sexual se hace imprescindible.

"Muchas veces hay falta de información, otras tantas hay un exceso, pero está mal gestionada, por eso los entrenadores, los profesionales, nos tenemos que proteger para que no se pueda utilizar esa desinformación de mala manera", explica la profesional, a la que avalan 25 años en los que cree que de momento "parece" haberlo "hecho bien".

Son temas, en ocasiones "tabú", explica otro de los asistentes, José Durán, preparador físico y entrenador de la Federación de Balonmano, quien acude a este tipo de formaciones para poder ofrecer "un trabajo adecuado tanto dentro de la pista como fuera de ella".

Es consciente de que su labor "puede influir en el futuro de los niños", incluso "a corto plazo", por lo que poder identificar posibles casos de abuso y "activar los protocolos adecuados" se le antoja clave para poder dotar a los menores de "la mayor seguridad posible". Al fin y al cabo, como dice su compañera de la Federación de Gimnasia, "formarse, participar y escuchar siempre sirve y no ocupa lugar".