Torrijas, incienso, coros, pirulís... La Semana Santa caballa ya está a aquí. A falta de tan solo cinco días para que la Pollinica inaugure otra pasión de Cristo cargada de fervor y sentimiento, el aire que se respira tanto en el centro como en el periferia (algo más en el primero que en la segunda) es ya de profunda festividad: hay (muchas) ganas de celebrar.

Dentro del inabarcable mundo cofrade, no son pocos los que, por su corta edad, están estas fechas sumidos de lleno en esa Semana Blanca que, cada año, se mueve incomprensiblemente hacia adelante o hacía atrás en nuestros almanaques (o que no siquiera hace acto de presencia en ellos). Justo en ese saco están los menores de Los Remedios.

Los chavales y chavalas que integran el Grupo Joven de la Cofradía con sede en la céntrica calle Real han aprovechado el período vacacional -y el buen tiempo- para salir de sus casas en busca de un propósito: "Recaudar dinero para la Hermandad". Ese es el objetivo de quienes, desde este pasado lunes, permanecen apostados a las puertas de esa parroquia que representa su segundo hogar.

Si has pasado por ahí en algún momento entre hoy y ayer, puede que te hayas percatado: hay un pequeño tenderete junto a la entrada principal del templo. Al otro lado de su diminuto mostrador, haciendo las veces de regentes, están Marina y Óscar, dos adolescentes que se han propuesto echar un cabo a la Hermandad que los ha visto crecer.

Venden cosas. Más que "cosas", venden "un poco de todo": velas perfumadas, pulseras, colgantes, llaveros y hasta algún que otro cirio de los muchos que acompañaron a su Virgen -la Gloria- en su último recorrido procesional. Cabe destacar que el 100% de los complementos que reposan sobre el tablero llevan el sello de la Cofradía; los artículos -artesanía pura y dura- son algo así como 'merchandising oficial'.

No es la primera vez que el sector juvenil de Los Remedios se echa a la calle para arrimar el hombro. "Creo que llevamos cerca de un año", recordaba Marina de memoria. Para ella, la de esta ocasión no es su primera vez (lleva ya "bastante tiempo"); a su compañero, no en balde, la jornada de este 19 de marzo le ha valido su estreno como vendedor minorista.

Marina y Óscar (y alguno más) permanecerán en el mismo sitio "durante todo el Septenario", ese período en el que Nuestra Señora del Mayor Dolor está abierta al culto y que culmina con el Viernes de Dolores -el próximo día 22- por medio de un Solemne Besamanos.

Tanto los entrevistados como quienes hoy han preferido mantenerse alejados de los focos estarán frente al Eroski por la mañana y por la tarde: en el primer caso, de diez y media a dos en punto; en el segundo, desde las cinco y media hasta las ocho. Si tienes la dicha de ser un incondicional de la Semana Santa y de ser, además, un entusiasta de sus accesorios, la visita es obligada. Si no, también.