Unos presupuestos de 292 millones de euros comentados en unas previsiones de ingresos claramente infladas a juicio del portavoz de Ciudadanos, Javier Varga, que puso algunos ejemplos:  la recaudación del impuesto de vehículos de tracción ha caído en cuatro puntos, el de importación combustibles y tabaco cayó diez puntos, al igual que tasas y otros o ingresos patrimoniales; en 2017 ingresaron 5450.00 en indeterminados pero se prevén 2 millones, las tasas urbanísticas recaudaron 350.000, pero se presupuestan basándose en una previsión de 1,5 millones de euros, se ingresó un millón en multas, pero se calcula 1,5 para 2019… “El Gobierno hace trampas, el 60 por ciento de los ingresos están inflados”, denuncian desde Ciudadanos acusando al PP de “trileros”.

La consejera de Economía y Hacienda, Kissy Chandiramani, lamentó que Ciudadanos base su discurso en “imprecisiones” de las cifras de las cuentas del Gobierno para 2019. “Me extraña que diga que calculamos mal los ingresos. Cumplimos con las obligaciones que tiene esta Administración, a día de ayer con el 98,3 por ciento que tiene esta administración, con lo que no debemos andar muy desencaminados al hacer los presupuestos de ingresos. Tenemos los suficientes para acometer los gastos previstos, lo hemos hecho desde 2001”, rebatió Chandiramani.  “Díganme por qué prevén una disminución del IPSI de 2,2 millones de euros para terminar incrementando la partida en cinco millones, es la demostración de que ustedes inflan los ingresos”, insistió Varga que acusó de paso al PP de aprobar las cuentas de forma unilateral, algo que negó tajantemente Chandiramani: “Hemos ofrecido la mano, todo el esfuerzo de los funcionarios con los directores generales a la cabeza y quienes han dicho que no han sido ustedes”.

Sin las aportaciones del Estado los Presupuestos serían inviables”, lamentó Varga que acusó al Gobierno de reforzar la cada vez mayor dependencia de las transferencias del Estado. Una situación que para Cs es “dependencia” y para el Gobierno es solo el fruto del sistema de “solidaridad” del Estado.

Varga afeó también que el Gobierno presuma de haber reducido la deuda al 55 por ciento de los ingresos, cuando fue el propio Gobierno el que llevó la deuda hasta los 270 millones: “Son ustedes unos artistas dando la vuelta a la realidad”. “Les recuerdo que en 2008 la deuda era de 85 millones, en 2012 alcanzamos los 270 millones, Melilla en su peor momento llegó a deber 113 millones”, apuntó Varga, “Incrementaron en 200 millones la deuda en solo cuatro años y se empeñan en vender como éxito este descalabro, ahora solo debemos 183,5 millones, Melilla hoy tiene una deuda de 67 millones”.

¿Dónde están los 200 millones?

“A qué se dedicaron esos 200 millones de deuda, porque no ha sido para crear futuro ni a crear empleo”, interpeló Varga.  Doscientos millones que han ido a inversiones en educación, en colegios, patrimonio cultural, mejora de infraestructuras en los polígonos del  Tarajal, medidas para el turismo... enumeró Chandiramani, defendiendo que “la fisioniomia de la ciudad ha cambiado de norte a sur, de este a oeste,  es evidente”.

Subvenciones o sobornos

Desde Ciudadanos denunció también la política de subvenciones que tildó de “electoralista” y casi chantajista, insinuando que el Gobierno sugiere a las asociaciones que dejarán de percibir subvenciones si Vivas no sigue en el poder: “16 millones en subvenciones nominativas que convierten en favores, les interesa tenerlos a su merced”.

Acusación que indignó a la consejera de Hacienda que negó la mayor. “Me parece fatal que diga eso en esta asamblea porque denigra el trabajo que hacen los políticos. “¿Usted se cree que somos capaces de ello?, retó la consejera.

27 millones en limpieza para esto

Varga reprochó al Gobierno que invierta hasta 27 millones de euros en la limpieza de la Ciudad, vertederos, reciclaje, recogida selectiva, etc, sin contar a Obimace, Obimasa y Plan de Empleo “y a la vista está que la ciudad está como una patena, los barrancos limpios, el monte y los caminos limpios”, ironizaba el portavoz de Cs, que lamentó que ahora solo pueden prometer que van a romper el contrato de limpieza para licitarlo de nuevo. “A ver lo que nos cuesta”, auguró Varga.