El diputado en el Congreso por Izquierda Unida, Ricardo Sixto que visitó Ceuta esta semana representa a su formación en la Comisión de las Cortes Generales del Tribunal de Cuentas.

¿Cómo son los informes del Tribunal de Cuentas sobre Ceuta?

Sixto: Son siempre sistemáticamente muy llamativos porque contienen muchas irregularidades y muchas notas del propio tribunal que detectan comportamientos que no son los lógicos y razonables y no son los más legales. Lo que pasa es que siempre con estos temas al final no hay unas consecuencias judiciales claras y las consecuencias políticas la gente tampoco las asume cuando vienen los siguientes procesos electorales. Y así sistemáticamente año tras año se repiten irregularidades y apreciaciones de conductas que no se deben hacer en la gestión pública que el tribunal las revela y las pone negro sobre blanco.

Si no pasa nada se puede seguir funcionando mal…

Sixto: No tiene ninguna consecuencia. Se puede y se sigue funcionando mal sistemáticamente en Ceuta y Melilla y repitiendo viejos vicios que se perpetúan en el tiempo.

¿Lo que dice el Tribunal de Cuentas de Ceuta es por ejemplo peor que lo que dice de su comunidad, la valenciana, con una ristra de cargos públicos imputados en otros tantos procesos judiciales?

Sixto: Comparativamente sí. Sí porque en la Comunidad Valenciana las prácticas pueden ser tan malas como estas pero las cuentas no están tan mal hechas como en Ceuta y en Melilla. Estoy seguro que no están muy lejos las prácticas que se hacen en Valencia y que están investigando los tribunales en Valencia y las que se hacen en Ceuta y deberían estar investigando los tribunales en Ceuta y en Melilla.

Si el Trinbunal de Cuentas advierte y señala lo que se hace mal y no pasa nada ¿para qué sirve?

Sixto: La verdad que el Tribunal de Cuentas ahora mismo tal y como está configurado no tiene la utilidad que debería tener. Tiene la utilidad por la cuál la crea el legislador. El Tribunal de Cuentas debería tener una doble utilidad: Primero, una utilidad en lo que toca al control de la legalidad de las cuentas, en cómo se ha gastado el dinero, si se ha gastado bien, si se ha hecho de acuerdo a los procesos legales. Y segundo, algo que ni se le ha ocurrido remotamente al legislador y que sí se está haciendo en otros países y se está implementando, la utilidad del gasto y si al final se gasta para lo que se pretende gastar, la finalidad del dinero, y eso, independientemente de que se haya gastado bien o mal de acuerdo a la Ley. Si las políticas para las que se piensan son políticas que se consiguen o no, o simplemente el objetivo es gastar por gastar hacer un aeropuerto enorme que luego no tiene ninguna utilidad o hacer, lo que nos pasa muchas veces en España, hacer infraestructuras que después no cumplen con el origen que tenía la política por la que se había decidido construir o gastar.

Aún así hay muchas personas, incluso la oposición política en Ceuta que ha remitido cuestiones al Tribunal de Cuentas que cree que a través de este órgano se puede lograr corregir las políticas de mal gasto o incluso iniciar la depuración de responsabilidades…

Sixto: A veces el propio tribunal insta a procedimientos tanto ante el propio tribunal o la justicia ordinaria, pero raramente dan algún resultado, ni siquiera una condena. Yo no conozco en los últimos tiempos ningún caso que haya culminado en una condena, ni siquiera un procedimiento que haya terminado con solvencia ante los Tribunales.

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