El presidente del Gobierno de la Ciudad, Juan Vivas, ha aprovechado este jueves su discurso institucional con motivo de la celebración del Día de Ceuta en las Murallas Reales para pedir altura de miras y unidad alrededor de las "razones y cuestiones de Estado de las que depende el presente y porvenir de nuestra ciudad, que, como tales, han de ser abordadas por encima de intereses partidistas o colores políticos". "Ceuta tiene problemas, algunos de mucho calado, pero no es un problema", ha distinguido.

Tras enfrentarse "en un corto espacio de tiempo" a "tres crisis demoledoras: el cierre de la frontera para el paso de mercancías y turistas; la pandemia; y el episodio del pasado mes de mayo, cuando nos sentimos al borde del abismo pero se evitó la caída", el líder del Ejecutivo local se ha mostrado convencido de que Ceuta "sigue en pie y saldrá adelante" y de que sabrá "reinventarse".

Para hacerlo con éxito ha desgranado las "cuatro condiciones" que, a su juicio, deben cumplirse, las que han orientado sus prioridades durante los últimos años: defensa de la españolidad y la concordia entre los caballas, mejora de la frontera, servicios públicos y oportunidades equiparables a los del resto de España, integración en la Unión Europea. También buena vecindad con Marruecos.

Vivas ha advertido que "sin concordia, sin respeto, sin tolerancia, Ceuta no puede sobrevivir" y ha defendido que "además de justo y necesario, es posible, se trata de reconocer y apreciar nuestra diversidad cultural y de no utilizarla como arma para la confrontación política; de no temer ni rechazar al otro por ser distinto; de hacer cuanto esté a nuestro alcance para evitar que la sociedad ceutí se parta en dos mitades irreconciliables".

También ha reconocido que es necesario "considerar a la frontera como una infraestructura estratégica para España y Europa, y actuar en consecuencia para que funcione como tal y parezca lo que es, y para que el control del tránsito de personas sea efectivo donde se encuentra, en el Tarajal, y no en el puerto".

"Se trata de reconocer y apreciar nuestra diversidad cultural y de no utilizarla como arma para la confrontación política; de no temer ni rechazar al otro por ser distinto; de hacer cuanto esté a nuestro alcance para evitar que la sociedad ceutí se parta en dos mitades irreconciliables"

El tercer reto es "garantizar que la calidad de los servicios y suministros esenciales, la prosperidad económica, las oportunidades de empleo y la cohesión social sean equiparables a las del resto de España", para lo que ve imprescindible "una acción decidida, enérgica y continuada por parte del Estado para ejecutar proyectos desde hace tiempo aplazados; reforzar servicios y áreas; y favorecer el tránsito hacia un nuevo modelo productivo sustentado en sectores de vanguardia y con potencial de crecimiento, la puesta al día del Régimen Económico y Fiscal Especial y el apoyo a nuestras empresas, a nuestras PYMES y autónomos, quienes tan solo aspiran a poder competir en condiciones de igualdad con otros mercados".

Solamente así "será posible el arraigo de la población, transmitir confianza y combatir la sensación de abandono" mientras se avanza en "fortalecer el estatus de territorio integrado en la Unión Europea" y, como "complemento", en "unas buenas relaciones de vecindad con Marruecos basadas en el respeto recíproco y en la normalización de dichas relaciones".