"Una de las más flojas de la historia", pero bien podría ser la que más. La Delegación del Gobierno ha puesto punto y final a una OPE indudablemente atravesada por la 'baja' afluencia de viajeros. Atrás parecen quedar ya las largas colas fruto del exagerado movimiento de los cientos de miles de europeos de origen magrebí que aprovechan el período estival para reencontrarse con sus familias a este lado del charco.

Pese a que había preocupación por las obras que se estaban (y se están) acometiendo tanto en la frontera como en el recinto portuario, las autoridades han resuelto la papeleta sin mayores problemas. Se temía que la circunstancia pudiera influir en el normal desarrollo del dispositivo, pero nada más lejos de la realidad: el recién instaurado carril de residentes ha servido, de hecho, para dar "mayor agilidad" a los embarques.

La noticia, no en balde, no está ni en las reformas del puerto ni en los incidentes que no se han producido; está en el abrupto desplome del volumen de pasajeros y vehículos. A la vista de los acontecimientos, cualquiera diría que la OPE ya no es lo que era (al menos, en lo tocante a Ceuta). La hipótesis que manejan desde Delegación atiende al "cambio de la política comercial de las navieras que operan el Estrecho" (o, lo que viene a ser lo mismo: el abaratamiento de los billetes para los trayectos que conectan Tánger con la península).

La estampa de los tres puntos neurálgicos -puerto, frontera y Loma Colmenar- durante los meses de verano ha sido bien distinta a lo visto en anteriores campañas. ¿Atascos? En absoluto. ¿Colapsos? Menos todavía. La situación en todos los lugares de referencia de la Operación ha sido de "tráfico fluido". Para más inri, no se ha registrado "ninguna incidencia reseñable".

La única excepción a la tónica dibujada por la Administración la constituyen "los días previos a la Fiesta del Sacrificio". Entonces, entre el 28 de junio y el 2 de julio, hicieron uso de la zona de embolsamiento varios cientos de automóviles. En cualquiera caso, "los tiempos de espera fueron -decía Rafael García- inferiores a las dos horas", por lo que se puede concluir que el episodio "no afectó al día a día de nuestra ciudad".

Los datos de los que dispone el organismo con sede en la plaza de Los Reyes vienen a confirmar ese acertado planteamiento de que "la OPE ya no es lo que era". A nivel estatal, se han contabilizado nada menos que 3,2 millones de pasajeros y cerca de 800.000 vehículos, con un total de 11.084 rotaciones. Combinadas, las métricas representan un incremento de un 10% con respecto al año 2022.

En Ceuta, ese mismo monto de rotaciones asciende a 2.880. Los 550.239 viajantes y los 124.062 automóviles registrados dan como resultado -a diferencia de lo acaecido a escala nacional- una caída de diecinueve puntos porcentuales en el primer ámbito y de veintitrés en el segundo. A pesar de que -en palabras del delegado- "la OPE ha bajado", "la línea Algeciras-Ceuta sigue siendo la segunda de mayor importancia dentro de la operación".

En lo que respecta a El Tarajal, el cómputo de verificaciones documentales efectuadas entre el 15 de junio y el 15 de septiembre supera ligeramente el millón; el de vehículos, los 250.000, circunstancia en la que Rafael García ve "una muestra del gran trabajo que desempeñan tanto Policía Nacional como Guardia Civil", a quienes ha aprovechado para felicitar -junto al resto de organismos actuantes- por "su gran labor".

Visto que, efectivamente, "la OPE ya no es lo que era", la pregunta era obligada: ¿Prevé Interior desplegar menos medios humanos y técnicos de cara al curso que viene? García lo tiene claro: "Tenemos que pensar que esto no deja de ser un traslado de personas que van a ver a sus familiares, por lo que los recursos seguirán siendo bastante similares".