Por más indicios que la pretemporada hubiera mostrado, pocos se imaginaban que la debacle de Ferrari en a primera carrera de la temporada pudiera ser de la magnitud que se ha visto en Melbourne. Hacía dos años que la marca de los bólidos de il cavallino rampante colocaba al menos uno de sus coches entre las diez primeras posiciones de la parrilla de salida. El trompo que dio Fernando Alonso durante la segunda criba de la sesión cronometrada del Gran Premio de Australia que mañana (07:00 horas, Antena 3 y TV3) abrirá el Mundia y le hará arrancar desde la 12ª posición, y la 16ª de su compañero, Felipe Massa, sitúa a la marca de Maranello en juna situación complicada, casi extrema dadas las circunstancias, ya en la primera parada del calendario. Alonso, muy abatido, con gesto de resignación, es consciente de ello como ha puesto en evidencia una hora después de tenerse que bajar del coche a la fuerza por haber quedado varado en la grava.

“Durante la pretemporada nos marcamos el objetivo de diseñar y construir un coche ganador, que nos permitiera luchar por el campeonato, y no lo hemos conseguido. Está en nuestras manos darle la vuelta a esta situación. Si hasta ahora la gente trabajaba 24 horas al día, a partir de este momento habrá que trabajar 25. Si conseguimos mejorar el coche y hacerlo rápidamente, todo irá bien. Si no, no podremos ni ganar carreras ni pelear por el título”, reflexionó Alonso.

A pesar de su evidente decepción, el asturiano parece buscar elementos que le lleven hacia el optimismo. Parece un ejercicio difícil en las circunstancias que actualmente rodean a la estructura italiana: si en todo el invierno no ha conseguido fabricar un monoplaza competitivo, resulta difícil pensar que ahora, con el campeonato en marcha y a partir de una base que flojea por varios flancos, puedan voltear el F2012 como si fuera un calcetín. “El año pasado estábamos en este mismo circuito a 1,4 segundos de la pole mientras que ahora estamos a uno. Entonces ganamos en la novena carrera, en Silverstone [la única de Ferrari y del español en todo el curso]. Esta vez no podemos esperar tanto”, añadió el bicampeón del mundo con Renault (2005 y 2006). “No hay más de donde sacar. Aún no sé dónde están las posibilidades del coche. Lo mejor es hacer la media entre los dos pilotos, en la Q1 y la Q2. Aunque le falta agarre y velocidad punta. En las rectas lo pasamos mal porque perdemos unos 15 kilómetros por hora respecto a los demás”, ha zanjado el chico de Oviedo.