Fue uno de los acontecimientos astronómicos más impactantes de los últimos tiempos. A finales de julio del pasado año, Júpiter mostró una mancha negra gigantesca en su región polar, distinta a cualquier otra, que finalmente resultó ser la cicatriz dejada por el violento impacto de un asteroide o un cometa. Todos los telescopios se dirigieron al mismo lugar del Universo para observar el fenómeno. Ahora, científicos del Grupo de Ciencias Planetarias de la Universidad del País Vasco (UPV-EHU), en colaboración con un equipo norteamericano, han sido los primeros en publicar -en la revista Astrophys...