Bastaron dos partidos seguidos sin marcar ni dar asistencias para que hayan surgido voces reclamando que esta última versión del juego de Cristiano no es la que más gusta a la gente. Fácilmente se olvida que los futbolistas, como todo mortal, no son máquinas a las que apretando un botón se les pueda hacer que empiecen a funcionar sin parar. Cristiano no es una excepción, y por eso no puede evitar que con independencia de su voluntad y por fuerza de los condicionantes físicos tenga que pasar, de vez en cuando, por alguna minicrisis, tan penosa para él como para los que le quieren ver siempre top-top, como diría Mourinho. Pero no hay nada de qué alarmarse. El genio portugués volverá pronto a dar su mejor versión ofensiva, quizás sea hoy mismo en Lyon o el próximo fin de semana, pero ese día con Cristiano siempre llega.
Posted originally: 2011-11-02 07:00:00