La herida del Sporting es preocupante cuando no es capaz de superar al Levante , el más flojo visitante de El Molinón esta temporada. El oportunismo de un delantero en racha, Caicedo, fue suficiente para agudizar la depresión que sufre el sportinguismo, sólo comparable a la de aquel desastroso inicio en la primera temporada post-ascenso. La cercanía del parón navideño juega a favor de Preciado, que tendrá una semana más para intentar arreglarlo en La Coruña y comer el turrón en el banquillo rojiblanco.