Alex Ferguson en Wembley tras perder la final.DARREN STAPLES / REUTERS
Ferguson no quiso poner en práctica la doctrina Mourinho para derribar al imperio azulgrana. No hubo guerra de nervios previa. Sus jugadores no salieron al campo poseídos como muyahidines. No hubo emboscadas en el centro del campo ni francotiradores con el punto de mira puesto en los tobillos de Messi.
Posted originally: 2011-05-28 23:44:00