El
fracaso de la reforma del Estatuto de Castilla-La Manch a va a precipitar el adelanto de la campaña electoral para José María Barreda (PSOE) y María Dolores de Cospedal (PP). Ambos competirán por la presidencia de la comunidad en mayo del próximo año y, en su confrontación, los dos partidos se juegan el primer asalto de las generales de 2012, en uno de los feudos socialistas más estables. Para eso Mariano Rajoy apostó para número dos del PP por la líder regional y Zapatero puede medir si la crisis le pasa una factura elevada. Cospedal y Barreda ya no tienen que darse la tregua obligada que hubiera seguido a la aprobación del nuevo estatuto con los votos de los dos partidos en el Congreso.