El Madrid tan solo jugó un tiempo. El segundo. Le fue suficiente para remontar un partido con tres goles en 10 minutos. Lento, cansado, irreconocible, ingenuo en las jugadas a balón parado en la primera parte; rápido, asociativo, con hambre y fútbol en la segunda. Así actuó el equipo de José Mourinho, que no encajaba un gol a balón parado desde el pasado 6 de noviembre contra Osasuna. Ayer le marcaron dos en sendas jugadas idénticas desde el córner -lo único que cambió es que en la segunda Casillas salió a por la pelota-. Primero cabeceó Sergio Sánchez y luego lo hizo Demichelis. Kaká apenas tocó el balón, Callejón estuvo más desaparecido que de costumbre y todos los remates de los blancos salieron de los pies de Cristiano Ronaldo. Así que el Madrid se fue al descanso con un 0-2 a favor del Málaga.