El MVP de los Lakers se temió lo peor al sufrir "el esguince de tobillo más escalofríante" de su carrera. Pudo volver a jugar y a ayudar a Bynum y Pau a ganar
91-96 a los Mavericks. "Me dije que tenía que dejar de lamentarme, aguantarme y salir a jugar de nuevo".
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