Maquillaje, pinzas para la nariz, gorro de látex en vez de la gomina usual, y un bañador que ofrecía la imagen, casi con volumen, de un pez con dientes que amenazaba con salir del cuerpo de las nadadoras españolas. Y lo hizo. El fondo marino surgió en la piscina del Oriental Sport Centre del Mundial de Shanghái gracias a los movimientos alegres, coordinados y, sobre todo, novedosos del conjunto español, que estrenaba vestuario, ejercicio y la última final del campeonato.
Las gotas de sudor tras la actuación se mezclaban con las de agua; esa que salpica, se mete en los ojos, en los oídos, hunde...