Muertos cerca de Laila, el Perejil.


Muertos cerca de Laila, el Perejil.
La noticia me ha llenado de frío, aunque andemos en septiembre. Más de ocho personas han muerto cerca de mi tierra buscando un mundo diferente. Sé que es común, que ocurre, que mueren, que naufragan, que se juegan la vida,  unos los consiguen y otros no. Pero es tan horrible,  tan terriblemente infrahumano y cruel que [...]


pateras

La noticia me ha llenado de frío, aunque andemos en septiembre.

Más de ocho personas han muerto cerca de mi tierra buscando un mundo diferente.

Sé que es común, que ocurre, que mueren, que naufragan, que se juegan la vida,  unos los consiguen y otros no. Pero es tan horrible,  tan terriblemente infrahumano y cruel que no puedo menos que sentirme dolorida.

Este es el mundo que tenemos. El mundo que hemos construido, donde unos cuantos se preocupan de sus kilos de más y su colesterol mientras otros muchos comen una vez al día si pueden.

Es tópico, pero es cierto. Desperdiciamos el agua mientras hay mujeres que andan kilómetros para llevarla a sus casas, tiramos el papel mientras los bosques se convierten en desiertos y los hombres y las mujeres que lo pueblan pasan hambre.

Nos asustamos ante la gripe A, y miles de niños mueren de malaria y de sida por falta de medicamentos. El tercer mundo no puede pagar la salud, ni siquiera la comida, ya de la educación ni hablamos.

Y todavía hay quien se extraña de que una mujer embarazada venda su casa, sus ilusiones y lo que tenga, se suba a una patera y se juegue la vida con su hijo para entrar en el primer mundo de neveras llenas, de mujeres que se preocupan de las arrugas, de ponerse tetas, quitar su celulitis, hidratar su piel…. Y se extrañan que una vez aquí, en este primer mundo cuando no encuentran trabajo ni solidaridad acaben haciendo la calle en cualquier esquina  de la península.

Muchas veces, viéndolas, conociéndolas, me he planteado qué haría yo en su lugar. Si pasara hambre, si tuviera miedo, si mi hijo no tuviera la posibilidad de sobrevivir…

Todos y todas nos subiríamos a una patera, con la promesa del otro continente cercano, con el engaño de los traficantes de hombres y mujeres y con la esperanza de llegar a la orilla y encontrar los chalecos rojos esperando.

Los seres humanos tenemos derecho a la esperanza, a buscar un mundo mejor, a luchar por él.

Esta noche estoy triste. Cerca de mi tierra han muerto más de ocho seres humanos.


Posted originally: 2009-09-20 00:09:25

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Muertos cerca de Laila, el Perejil.


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