Venía el GP de Mónaco con un aire renovador.
Ferrari había desplumado a su diseñador jefe
, al ideólogo de su coche 2011, y el monoplaza había reaccionado como por ensalmo. Fernando Alonso había sellado dos sesiones con el mejor tiempo y la colonia española quiso creer que estaba en disposición de pelear con los Red Bull. A la hora de la verdad, esto no sucedió. Vettel conquistó su quinta «pole» con ocho décimas de ventaja sobre el asturiano. Hamilton fue sancionado con dos puestos (partirá noveno) por saltarse una chicane.
«Creo que la Q3 es tremendamente irreal, los tiempos no son normales,...